Cuando lo anormal es lo normal

El Vicepresidente Iglesias ha dejado dicho en la campaña electoral en Cataluña lo siguiente: “No hay una situación de plena normalidad política y democrática en España cuando los líderes de los dos partidos que gobiernan Cataluña, uno está en prisión y otro en Bruselas”.

Como tengo a Pablo Iglesias por un político inteligente, a la vista está como va imponiendo su programa, mi primera reacción fue pensar que le estaba interpretando mal, puesto que es el líder de un partido que se ha presentado a unas elecciones llevadas a cabo con todas las garantías democráticas y gracias a las cuales hoy se sienta en el Consejo de Ministros. Pero aún estaba dándole vueltas a las declaraciones de Iglesias cuando el ministro Jose Luis Abalos, además Secretario de Organización del PSOE, preguntado por las declaraciones de su colega de Gobierno ha intentado echarle una mano diciendo que “una cosa es que el sistema no sea normal y otra que no tenga anomalías democráticas”.... “Los sistemas tienen anomalías porque la normalidad implica elementos de anormalidad”. Palabras de Abalos.

Tardé unos segundos en abrirme paso por ese trabalenguas diciéndome que a lo mejor es que soy una mal pensada y en realidad lo que han querido decir los señores Iglesias y Abalos es que no es “normal” que en una democracia el señor Puigdemont representante de una institución como la Generalitat y el señor Junqueras líder y parlamentario de un partido como Esquerra, hayan actuado no sólo de manera irresponsable sino claramente antidemocrática convocando un referéndum ilegal, declarando una República, saltándose a la torera la Constitución, etc, etc. y por tanto el uno se haya convertido en un prófugo de la Justicia y el otro haya terminado siendo juzgado y condenado y enviado a prisión sencillamente por quebrar la ley.

Sí, durante unos segundos he dejado correr la imaginación diciéndome que el Vicepresidente y el ministro no tenían dudas sobre el comportamiento antidemocrático de esos dos líderes independentistas y de sus compinches y que esa era la “anormalidad”, la de dos dirigentes políticos que decidieron separar a Cataluña del resto de España imponiendo una nueva realidad política.

Pero desafortunadamente no es eso lo que han querido decir los señores Iglesias y Abalos.

Lo que dicen es que aunque pasara lo que pasó, es decir que un grupo de políticos se saltaran la ley, no es motivo suficiente para que tengan que responder ante ella y mucho menos recibir ninguna sanción.

Y entonces llego a otra conclusión: no es que nuestro sistema político no sea plenamente democrático sino que lo que sucede es que algunos de nuestros gobernantes tienen una visión totalmente anómala de lo que es una democracia y por eso piensan que saltarse la ley y querer acabar con el sistema constitucional por métodos antidemocráticos es lo normal. ¡Menuda tropa! 

Cuando lo anormal es lo normal

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