Los trabajadores de la empresa Urbaser han vuelto a reivindicar una situación laboral estable, ya que el contrato con la firma para la prestación del servicio de limpieza y recogida de residuos sólidos expiró a finales de 2014 y las prórrogas del mismo también han concluido. Hasta hace pocos meses, la empresa cobraba mes a mes del Concello presentando las facturas correspondientes a la limpieza viaria con la aprobación en pleno del abono de las mismas, pero desde junio de 2017 la situación ha cambiado y las facturas están pendientes de cobro hasta el día de hoy, con más de medio año de deuda.
La razón de que las facturas queden sobre la mesa se debe a la decisión del Partido Popular de no apoyar el cobro con el fin de –como explicaron los populares en varias ocasiones en pleno– presionar al ejecutivo a tomar alguna decisión con respecto al contrato, que, por otra parte, contaba al inicio del cuatrienio con un pliego de condiciones para la nueva contratación del servicio –realizado al final del mandato popular– que este gobierno consideraba “lesivo” para los intereses municipales y no ha sacado adelante.
Ahora, la plantilla de Urbaser, a través del comité de empresa, ve con preocupación que, en un futuro próximo, la empresa no les abone las nóminas, con las que no han tenido problemas hasta el momento. A esta situación se suma, como recuerdan los trabajadores, el estado de la maquinaria con la que realizan a diario su labor, ya que se trate de camiones obsoletos, que necesitan de continuas reparaciones y que puede que en cualquier momento quede inutilizada para realizar el servicio de recogida y limpieza. Un contrato duradero –en torno a diez años– permitiría por parte de la empresa renovar el parque móvil y de maquinaria del servicio, algo que está pendiente de resolverse.
El comité de empresa ha mantenido reuniones con todos los grupos políticos de la corporación ante la situación actual en la que se encuentran con el fin de apelar a la responsabilidad y que “lleguen a una cuerdo que desbloquee esta situación lo antes posible”. Lo único que piden con respecto a la medida que desde el Concello se pueda tomar es que “el acuerdo mantenga todos los puestos de trabajo y que cumpla con el convenio colectivo”.
La plantilla recuerda las distintas opciones que se han barajado hasta el momento desde el punto de vista político, como la remunicipalización del servicio, la posibilidad de que se mancomune o sacarlo de nuevo a licitación pública, aunque no hay nada firme sobre la mesa a estas alturas de mandato. Por eso, los trabajadores solo pide “desarrollar nuestro trabajo de una forma estable y tranquila, sin la preocupación de si vamos a cobrar o no al mes siguiente”.
Renuncia al pliego existente
Aunque todavía no es más que una propuesta, la intención del ejecutivo local, como confirmó en el pleno del pasado jueves el alcalde, Jorge Suárez, es la renuncia a un pliego que calificó de “lesivo” para los intereses municipales por la duración del mismo. Para ejecutar esta decisión, se han solicitado informes jurídicos externos, del jefe de contratación y de intervención municipal, este fue el último en llevarse a cabo y se abordará en la próxima comisión del área de Servicios.
El futuro pasa para Suárez en un servicio conjunto con el Concello de Narón, siempre y cuando no redundase, como explicó el alcalde, “aos dereitos laborais e con un precio efectivo”. De todos modos, el regidor es consciente de que al no contar con mayoría en el pleno, es necesario abrir un debate sobre la fórmula más aconsejable para llevar a cabo el servicio.