Ocurrió con la “pajarera” del Cantón. Ahí está, en un guiño a la imagen original de estos espacios verdes ferrolanos, pero sin uso alguno. Los visitantes se asoman pero su interior está vacío.
La idea del gobierno de José Manuel Rey de que albergase el uso para el que se construyó –pajarera– quedó desechado desde un principio por el nuevo ejecutivo local, pero tampoco se ha podido dar todavía una solución a un elemento que está de acuerdo con el entorno pero no ha sabido aportar nada más.
El mismo peligro corren las estructuras de los jardines de San Francisco. Unas pérgolas por las que no trepa planta alguna y edificios acristalados –de acceso al museo por escaleras y ascensor y terraza cubierta–, que ya empiezan a ver los efectos del abandono –suciedad, cristales a punto de romper y tablones tapiando los accesos a los mismos–.
La zona ajardinada está lista y se ha asimilado ya como espacio de paseo, con senderos y parterres con vegetación. Las construcciones, sin embargo, están a la espera de uso. Una de ellas abre el paso al acceso al ascensor panorámico. Un nombre que no acaba de definir con exactitud al elevador de la cuesta, ya que las vistas panorámicas ya se pueden percibir actualmente desde lo alto del mirador y el ascensor llega solo hasta ese mismo punto.
De todos modos, aún no funciona ni se ha anunciado cuándo podrá hacerlo, porque para eso habrá que comunicar algún espacio y los bajos de la cuesta de Mella no son, por el momento, más que un posible contenedor cultural vacío. Eso sí, con el ascensor se cumplirá la accesibilidad para todo tipo de usuarios, ya que de otro modo no sería posible que mayores o personas con diversidad funcional hiciesen uso de estas instalaciones.
Volviendo a la superficie, la segunda edificación sembró una polémica que se ha apagado pero no solucionado, la de una terraza de hostelería. Desde el anterior ejecutivo popular se había comprometido esa zona para su utilización por parte del Parador de Turismo, algo que fue rechazado al considerarse que los usos hosteleros no eran parte del proyecto Urban, de recuperación de barrios, en el que entraba esta actuación urbanística. De nuevo la situación dio tal giro que ahora ni siquiera esta forma parte ya del plan Urban –se han intercambiado por otras, con el fin de no perder las ayudas por no dar tiempo a presentar las certificaciones oportunas–, por lo que de nuevo podría, como cualquier otro lugar público, ser ocupado por una terraza, con las pertinentes autorizaciones.
Otra parte de esta obra, el museo de los bajos de la Cuesta de Mella ya ha variado sus contenidos en diversas ocasiones, sin que ni siquiera se haya amueblado ni mucho menos abierto al público. El PP lo planificó como un Centro de Interpretación de la Ciudad Histórica, pero el ejecutivo actual FeC-PSOE creyó conveniente que se centrase en la Memoria Histórica de la ciudad para, finalmente, volver a optar por un periodo más amplio, anterior incluso a la Ilustración.
Por el momento, ya hay el continente y falta solo el contenido. El contrato de gestión de espacios culturales en el que se trabaja actualmente ya incluiría este nuevo museo. Hasta entonces habrá que mantenerlo en buen estado de conservación.