La junta directiva del Somozas confirmó que la próxima temporada saldrá a competir en la Segunda División B. Una vez analizadas las posibilidades, sobre todo en lo económico, para participar en la categoría, han comprobado que el reto es asumible, aunque se abordará con un presupuesto bastante austero y seguramente de los más bajos que haya en el grupo. El objetivo, lógicamente, tendrá que ser la permanencia.
Desde el club destacan que habrá algo más de cien mil euros de aumento en los ingresos con respeto a los que se perciben en Tercera División, aunque también los gastos se incrementarán considerablemente, seguramente en más que esa cifra. Teniendo en cuenta la situación, desde el Concello de As Somozas se han brindado a hacer un esfuerzo para ayudar a que la entidad pueda vivir esta primera experiencia en la categoría de bronce del fútbol nacional.
Una vez confirmado que saldrá equipo en Segunda B, desde el conjunto somocense también afirman haber llegado a un acuerdo con el técnico ferrolano Míchel Alonso para que permanezca al frente del nuevo proyecto una campaña más.
A estas novedades se añade el nombramiento de Nando Castro como director deportivo, por lo que éste empezará a trabajar con el preparador en la confección de la plantilla con la que asumirán el reto de alcanzar la salvación.
Por el momento, se está estudiando las necesidades del equipo con el presupuesto que les ha dado la junta directiva y ahora es el momento de comprobar los números para conseguir jugadores de nivel con un precio ajustado –apoyándose además en su fiabilidad como entidad–.
La próxima semana comenzarán a pasar por las oficinas del equipo los jugadores que consiguieron el ascenso a Segunda B para ser notificados sobre su futuro en el club. Es probable que abandonen el equipo, en algunos casos porque el cuerpo técnico no cuenta con ellos y en otros porque la exigencia que presentará la nueva categoría les deja fuera.
Hay que tener en cuenta además que se necesitan seis fichas profesionales –de futbolistas con Seguridad Social– y por ello que hay que tratar de acertar lo máximo posible para formar un bloque compacto y que sea capaz de alcanzar el rendimiento que se necesita para conseguir la permanencia en la categoría con una gran exigencia.  
Lo que sí es seguro es que Ferrolterra volverá a vivir un derbi comarcal, en este caso en Segunda B, un enfrentamiento que para muchos parecía imposible. Sin embargo, la gran temporada de los pupilos de Míchel Alonso les ha llevado a lograr un sueño hecho realidad y para el que puso los mimbres Manuel Candocia que, desgraciadamente, no podrá ver el resultado.