Los trabajadores de Atenasa se llevaron ayer otra sorpresa de-sagradable en su primer encuentro con el administrador concursal designado por el juzgado para poner orden en la maltrecha situación económica de la compañía. Según explicó a los representantes sindicales, los empresarios le han manifestado su voluntad de despedir a toda la plantilla y liquidar la firma, cuya trayectoria en el naval ferrolano se remonta a unos cuarenta años atrás.
Un total de 75 trabajadores, entre los que la antigüedad mínima es de una década, dependen de la decisión que finalmente se adopte en Atenasa. El administrador concursal que acaba de hacerse cargo de la situación no aportó ayer todavía datos concretos sobre la deuda de la compañía, aunque sí reconoció que a priori no hay indicios de que la empresa tenga condiciones para la viabilidad. No obstante, el abogado emplazó al comité a un próximo encuentro en el que podrá aportar más información una vez que estudie con mayor detenimiento la situación de Atenasa. Va a analizar, entre otros asuntos, las implicaciones que pueda tener Tecais, la otra firma del grupo, toda vez que los trabajadores habían denunciado el desvío de trabajadores y actividad.
Desde el comité de Atenasa se reiteró ayer que los empresarios podrían haber aplicado un nuevo ERE a los trabajadores, tal como les demandaron, dado que no hay ocupación ni liquidez para abonar los salarios.
veteranía
Atenasa es una de las más antiguas de las firmas auxiliares de los astilleros públicos que quedan en la zona de Ferrol. De hecho, un grupo de sus trabajadores están incluidos en los llamados “acuerdos de la Castellana”, firmados en 1978 y que se dirigían a garantizar la estabilidad en el empleo. Su actividad ha estado ligada en el último año a diferentes conflictos laborales, primero por pretender aplicar un ERE que fue anulado por el Juzgado y después por rescindir el contrato de seis operarios cuando acababa de comenzar la aplicación del expediente que finalmente pudo pactarse. Un largo encierro mantenido por los afectados dentro de Navantia llevó a que la compañía variase su postura y los readmitiese.