Solo algunos ferrolanos asistieron ayer sorprendidos a la llegada de la escultura de José Canalejas. La pieza fue descargada por una grúa, bajo la supervisión de su autor, Miguel Couto y, después de su fijación al suelo, a solo unos metros del palco de la música, fue tapada por una caja hasta que terminen las obras que se están desarrollando en la alameda del Cantón de Molíns.
El Concello, que hace apenas dos meses inauguró el célebre “capuchón” de Gascón en la calle Real, homenajea con esta pieza a uno de sus hijos más ilustres, José Canalejas, que fue presidente del Consejo de Ministros de 1910 a 1912, durante la Restauración Borbónica. Enmienda además el olvido al que lo tenía sometido su ciudad, como dijo el alcalde de Ferrol, José Manuel Rey Varela, cuando acudió al Congreso para participar en la presentación de un libro sobre el político ferrolano. Solo Alicante había erigido en los años veinte un monumento en su memoria.
Miguel Couto, autor de otras obras públicas próximas como “Hermelinda” en Ares, fundió la pieza en su taller de Arteixo. La reproducción de Canalejas mide 1,82 metros, pesa 300 kilos y lleva una pátina de ácido cúprico y férrico que le dan ahora un aspecto verdoso y que lo harán envejecer tirando al marrón. Couto invirtió tres meses de trabajo en esta pieza y contó con la ayuda de tres personas para fundirla. “Quise que la postura fuese la de un hombre de Estado, conseguir un gesto de solemnidad”, explicó el autor. El coste de la obra es 48.000 euros.