La permanencia ya es casi una realidad para el Somozas. Los 43 puntos a los que ayer llegó tras su victoria sobre el Polvorín sellan de una manera casi definitiva su continuidad en la categoría. Y eso le hace aumentar la tranquilidad con la que va a hacer frente a las últimas jornadas del torneo.

A través de la posesión dominó el Polvorín los compases iniciales del partido, llegando con cierta asiduidad a la portería contraria. Así, cuando no se había llegado al primer cuarto de hora de partido, Cuadrado –remachando una jugada de Antón por la banda izquierda– puso por delante en el marcador a los suyos. Lo que hizo el tanto, sin embargo, fue despertar a un Somozas que, a partir de entonces, empezó a encontrar su sitio en un partido que, como es habitual cuando en él interviene un equipo filial, empezó a perder el control.

Así, tanto a través de acciones a balón parado como con jugadas combinadas, el cuadro verdiblanco empezó a merodear el área rival hasta que una sin aparente peligro se resolvió con un penalti que Gerardo transformó en el empate. Y, puesto que el Polvorín ofrecía signos de estar desquiciado, el conjunto local mantuvo su velocidad hasta irse al descanso por delante en el marcador, después de que el visitante Rayco despejase hacia su propia portería un saque de esquina desde la derecha.

Abierto
Tras el paso por los vestuarios, el filial del Lugo intentó volver a tomar el control a través de la posesión. Pero ni lo hizo de una manera tan decidida como en los primeros minutos ni su adversario se mostró tan frágil como había parecido entonces. El cuadro verdiblanco, de hecho, encontró en las contras una manera de crear peligro –Luis Nuño estuvo a punto de aprovechar una que estampó en el cuerpo del meta visitante– ante un rival que poco a poco iba ganando metros en su búsqueda de la meta rival.

A medida que se iba acercando el final, el partido estaba más abierto de lo que le interesaba al Somozas, algo que el Polvorín aprovechó para generar ocasiones más o menos claras. Sin embargo, ahí el cuadro verdiblanco hizo un ejercicio de madurez para sellar la victoria y mostrar sus méritos hacia la permanencia.