Cita clave por la promoción

El camino que conduce a la fase de ascenso a la categoría de plata se torna cada vez más complicado. Pero el Racing, cuyo objetivo es cruzar la línea de meta en los lugares deseados, sigue cubriendo etapas con éxito. La que va a hacer frente con motivo del partido que lo medirá al Sporting B esta tarde –17.00 horas, Escuela de Mareo– es unas de las que está señaladas en rojo. Porque el equipo ferrolano no ha sido capaz de ganar a domicilio en lo que va de segunda vuelta y es consciente de que, en los encuentros que le quedan por disputar como visitante, necesita lograrlo en uno –o en los dos– para entrar en play-off. También para no cargarse de presión de cara a los dos duelos que va a disputar en casa ante rivales directos por el mismo objetivo: Oviedo y Burgos.
El compromiso de esta tarde, a priori, pinta favorable para que el Racing consiga la victoria que tanto desea. Primero, porque enfrente tendrá a un rival que, clasificatoriamente hablando, no se  juega demasiado. El Sporting B, situado en la décima posición de la tabla, ya está virtualmente salvado y ve la fase de ascenso a ocho puntos de distancia, por lo que sus posibilidades de alcanzarla son más que remotas. Además, porque su estilo, basado en la combinación, se parece al del cuadro verde. A ello le ayuda el hecho de jugar en un terreno de juego de hierba natural como el de la Escuela de Mareo, algo que también beneficia al equipo ferrolano, que se siente incómodo en campos de césped artificial.
Pero, aunque todos estos factores jueguen a favor del Racing, el equipo ferrolano es consciente de que el encuentro no va a ser un camino de rosas. Al contrario, jugadores y técnicos desconfían de la relajación que pueda exhibir el rival, algo que su entrenador, Aberlardo Fernández, ya se ha encargado de descartar. Por eso, el cuadro verde sabe que va a tener que mostrar su mejor nivel si quiere conseguir un triunfo que lo situaría a las puertas de la clasificación para la fase de ascenso que persigue a fata de tres partidos para poner el punto final a una liga regular que ha resultado más que positiva.