Según la clasificación del grupo 1, el partido que el Racing juega mañana en el campo del Barco es el más exigente que le queda por disputar hasta el final de la liga regular. Tanto por la capacidad de un adversario –“muy buen equipo”, lo define Emilio Larraz– como por la escasez de efectivos con la que se va a presentar –solo doce jugadores de la primera plantilla están en condiciones de ser convocados–. Por eso, el entrenador del equipo ferrolano apunta que “ganar sería un impulso anímico muy fuerte porque se vería refrendado que, a pesar de las dificultades, podemos hacerlo”.
Sería la manera de demostrar que, pese a los problemas, “tenemos el deseo y la ilusión de que se pueda recoger el premio al trabajo, a la constancia y a no bajar nunca los brazos”. Por eso, el entrenador racinguista, Emilio Larraz, percibe que “los que hay, lejos de desanimarse, están como enrabietados, con ganas de sacar adelante el tema”.
Dificultad
Para ello, el Racing deberá rayar a un buen nivel en el encuentro de mañana en el campo de Calabagueiros. De hecho, Emilio Larraz es consciente de que allí, frente a un rival del nivel que se puede encontrar en una fase de ascenso, la escuadra que prepara deberá mostrarse como contra el Bergantiños o la UD Ourense, “a nivel de consistencia defensiva y de fiabilidad. A partir de ahí, intentaremos generar todo lo que se puede, buscar el gol y llevarnos la victoria en el partido”.
De hecho, aunque Emilio Larraz recuerda que el Barco “es un equipo con un importante potencial ofensivo de mediocampo hacia delante”, también comenta que “encaja más goles de lo que suelen hacer los equipos que están en la zona de arriba”. Es de lo que el cuadro verde espera aprovecharse para, de esta manera, opositar a sumar los tres puntos.