Las imágenes de un lecho de tonos ocres y apariencia oxidada en la cola del embalse de A Capela, en el río Eume, difundidas en los últimos días han provocado que organizaciones ecologistas como Adega y el Colectivo Terra hayan denunciado la presencia de “sedimentos tóxicos” que, explican, procederían de la antigua actividad minera de Endesa.
Mientras Augas de Galicia sostiene que los parámetros de las muestras analizadas reflejan valores “normais”, desde el ámbito del ecologismo creen que no es así. De hecho, para comprobarlo, el Colectivo Terra de Pontedeume ha enviado sus propias muestras a analizar –agua y lodo–. Los resultados estarán disponibles la próxima semana.
Miguel Anjo González, secretario comarcal de Adega, recordó ayer que la polémica sobre los sedimentos en el embalse se remonta diez años con la investigación de la Fiscalía y el proyecto para “modernizar os vasos do encoro”, un plan que sería nuevamente presentado en 2017 y al que la asociación ecologista habría alegado “ao non haber nada nel sobre como se extraerían os residuos e onde se levarían”. En 2018, la Xunta autorizó la actuación –Endesa invirtió cinco millones– que finalizó hace apenas un año y que permitió la liberación de un caudal ecológico.
“A seca o que fixo foi pór ao descuberto as miserias desta concesión”, asegura González. “Nós o que queremos é que se catalogue e categorice o tipo de residuos e refugallos que hai aí e como xestionalos para evitar que provoquen máis estragos no medio”, añade.
Un dragado completo del embalse y el fin de la concesión –aprobada en el franquismo– son las medidas que propone el Colectivo Terra. Uno de sus responsables explica que los lodos en ese tramo del río Eume “non son os típicos da seca” y denuncia la abundancia de cenizas y la presencia de restos de lignito que en algunos casos “miden o mesmo ca un balón de baloncesto”. “A auga do río baixa cunha cor gris escura”, apunta antes de recordar que la propia Endesa había contemplado “efectos negativos” en las obras de desagüe para garantizar el caudal ecológico del río.
Desde el Colectivo Terra consideran que la central hidroeléctrica “é un parásito que leva absorbendo a auga do Eume desde hai decenios” y defienden que los sedimentos que proceden del embalse para garantizar un caudal ecológico están afectando a los bancos marisqueros de la ría. A ello se suman las consecuencias, señala, derivadas de la propia existencia del embalse, que habría provocado distintos episodios de mortalidad en especies como los salmones.