Alfonso Alonso dimitió como presidente del PP vasco después de que ayer el líder de su partido, Pablo Casado, le comunicara que no contaba con él para ser el candidato a lehendakari en las próximas elecciones autonómicas vascas del 5 de abril, cargo que ocupará Carlos Iturgaiz.
Tras 24 años dedicado a la política, desde que en 1996 empezara como concejal en Vitoria, Alonso se ha visto obligado a dejar su cargo al perder la confianza de Génova tras varios encontronazos con la actual dirección.
Su desacuerdo en colocar en puestos de salida a miembros de Ciudadanos en la candidatura conjunta que ha negociado la dirección del PP, algo que Alonso tachó de “inasumible”.
Ayer por la tarde comunicó, visiblemente emocionado, su decisión “irrevocable” de dejar la política, aunque quiso reivindicar el papel histórico del PP vasco y pidió a Génova que “respete la mayoría de edad” de los populares de Euskadi.
“Colisión” con el PP central
Explicó que su marcha responde a que ha habido “una colisión” con la dirección popular en la forma de entender la política y de entender España y su diversidad.
“En el País Vasco somos muy celosos de la defensa de nuestro proyecto político porque lo hemos defendido a costa de nuestra seguridad personal y el sufrimiento de nuestras familias” expuso Alonso y añadió: “El PP vasco se ganó su mayoría de edad hace muchísimo tiempo por su coraje, su valentía y su fidelidad a esos principios por encima de su propia seguridad”.
Hasta que las bases nombren en un congreso extraordinario al nuevo presidente del PP en Euskadi, será la secretaria general del PP vasco, Amaya Fernández, la que sustituya a Alonso.
La nueva coalición PP+Cs será abanderada por Carlos Iturgaiz, el histórico dirigente popular que abandonó la política al ser relegado a puestos sin salida en las elecciones europeas del pasado año pero que siempre dijo estar dispuesto a ayudar para lo que necesitara el partido.
Desde Génova piden cerrar filas en torno a él y recuerdan su firmeza en los tiempos duros de ETA y sus buenos resultados electorales, ya que en 1998, cuando fue candidato a lehendakari, consiguió ser la segunda fuerza más votada en Euskadi
Iturgaiz, que tuvo palabras de elogio para el exdirigente Alfonso Alonso, dejo claro que el objetivo de la nueva coalición es “frenar el avance del frente popular” que hoy gobierna el país entre “socialistas, comunistas, nacionalistas y batasunos”.
El portavoz nacional de Vox, Jorge Buxadé, le advirtió no obstante de que concurrirán en solitario e irán “a por todas” tanto en las elecciones vascas como en las gallegas.
Desde Génova definieron al nuevo candidato como “un auténtico referente del constitucionalismo” y “un valiente que ha dado la cara en los momentos más complejos”.
La dirigente Ciudadanos Inés Arrimadas prefirió no meterse “en casa ajena” y ha rehuido hablar del relevo de Alonso. La formación naranja ha dado el visto bueno a Iturgaiz mientras sigue negociando los puestos que tendrán en las candidaturas.
Ahora la secretaria general de la formación, Amaya Fernández, tiene la difícil tarea de cerrar heridas y pilotar el partido hasta la celebración de un nuevo congreso del PP vasco.