Cada vez el Racing tiene más cerca la clasificación para la fase de ascenso a Segunda División. La victoria con la que el cuadro verde cerró una de las semanas más tristes de su historia reciente le permite auparse a la tercera plaza de la tabla clasificatoria, tener seis puntos de renta con respecto a la quinta a media docena de jornadas para que termine la liga regular e, incluso, situarse a solo cuatro del segundo puesto. Fue el premio de un triunfo sufrido, que le empezó a enseñar a la escuadra de la ciudad naval lo que se puede encontrar en la promoción en la que aspira a estar.
Desde el primer minuto se vio que, al menos por parte del Guijuelo, el encuentro iba a tener la tensión habitual en los duelos de fase de ascenso a cualquier categoría. El cuadro “chacinero”, de hecho, se apoderó enseguida de la pelota y empezó a mostrar las maneras a través de las que pensaba crear peligro ante la portería rival. Pero con lo que no contaba era con que el cuadro verde iba a aprovechar sus dos ocasiones de gol iniciales. En la primera, un saque de banda cuando el equipo ferrolano estaba contragolpeando dejó el balón en los pies de Maikel Mesa, que con un zapatazo desde fuera del área estreno el marcador. Solo cinco minutos después, el propio jugador tinerfeño sacó provecho del despeje de Felipe Ramos tras un golpe franco botado por Pablo Rey para controlar (ayudado por la mano) la pelota y aumentar la renta a favor de su escuadra.
Así que el Racing, en un cuarto de hora, había hecho lo más difícil. Y el Guijuelo, a pesar de la buena disposición con la que se plantó en el campo –solo la coincidencia de dos delanteros de referencia como Lambarri y Marc Nierga provocó que ambos se estorbasen y llevó a la sustitución del segundo– veía muy difícil salir con algo positivo de su visita a A Malata para mantener sus opciones de clasificarse para la fase de ascenso. De ahí hasta el descanso apenas se generaron ocasiones –solo un disparo de Marcos Álvarez desviado por el meta visitante–, así que el partido llegó a su intermedio con claro color de la escuadra local.
EMPEÑO
La desventaja en el marcador no hizo que el Guijuelo redujese su ímpetu en busca de la vctoria. Ni mucho menos. Lo demostró al poco de empezar la segunda mitad con un golpe franco que Jorge Alonso ejecutó desde el vértice izquierdo del área racinguista y que Mackay tuvo que despejar con los puños. De todas maneras, el partido no transitaba por unos derroteros que le permitiesen tener demasiadas ocasiones para marcar. Al contrario, cualquier pequeño desajuste hacía que el partido se convirtiese en un correcalles. Y el Racing, en vista de los espacios que iba dejando el Guijuelo, dispuso de un par de situaciones como para terminar de “matar” el encuentro.
Todo cambió cuando una contra del cuadro visitante se convirtió en penalti por la acción de Maceira sobre Raúl Ruiz, que se encargó de transformar el exracinguista Jonathan. Y, a partir de ahí, el partido se convirtió en una auténtica agonía para que los minutos fuesen pasando. Al menos, el Guijuelo apenas gozó de ocasiones como para restablecer la igualada en el marcador –solo un tiro de Chuchi desde fuera del área que se marchó desviado–, mientras que el cuadro verde sí dispuso de opciones claras como para marcar el tercer tanto. Pero ni Dalmau ni Marcos Álvarez, en sendos mano a mano con el portero visitante, acertaron a marcar y el marcador permaneció con la mónima ventaja racinguista.
Afortundamente, en los últimos minutos la presión del Guijuelo disminuyó un tanto y, por eso, el Racing se quedó con los tres puntos en juego. Además, esta vez valen un poco más de lo normal y lo acercan la fase de ascenso a Segunda División.