“Maga” y “Croqueta” vivieron su primer día de clase la pasada semana en el CPI de San Sadurniño, una jornada para conocer a los que, durante los próximos viernes, hasta el día 3 de junio, serán sus nuevos compañeros, los alumnos y alumnas de cuarto de infantil de este centro. Eso sí, mucho menos peludos que esta golden retriever y su colega border collie.
El “Proxecto Peluche” –denominación que irónicamente quiere resaltar la interacción con otros seres vivos como son los perros en este caso, si bien ambos muy “achuchables”– “aterrizó” hace unos días en San Sadurniño de la mano del departamento municipal de Igualdade y de la empresa Libélula IAA –Intervención Asistida con Animales–, una idea que desde este Concello de Ferrolterra consideraron interesante y pusieron en práctica a modo de prueba, con la posibilidad de continuidad en próximos cursos. Y es que según apunta Verónica Rodríguez, técnica de Igualdade, “queríamos colaborar coa tarefa educativa dun xeito diferente” y con “Maga” y “Croqueta” así es.
Las perras sirven para trabajar con la veintena de niños y niñas de este curso aspectos como la empatía, respeto, responsabilidad, comunicación, etc., unas habilidades sociales que, como bien señala Antía García, socióloga de Libélula IAA, “todos conocemos en la teoría pero que a través de estos animales podemos comprobar su parte más práctica”, comenta, “así si un niño llama a una de las perras y esta no le responde sabrá que así es como se siente su madre o padre cuando él no le hace caso, por ejemplo”.
Este “Proxecto Peluche”, con el trabajo de las emociones como eje central, divide su desarrollo en las aulas en dos partes. Una primera con un cuento protagonizado por Carla, una niña con la que los pequeños puedan identificarse, en el que realiza varias tareas en colaboración con los animales, y una segunda, con un rincón de juego, con actividades muy sensoriales –“con las que quedan muy impresionados” y con diferentes situaciones de la vida cotidiana que tienen que resolver, asimismo con la inestimable colaboración de “Maga” y “Croqueta”. “Los niños y niñas responden muy bien con las perras, y más en esta edad en la que no son ni muy pequeños ni muy mayores”, señala Antía García. “Este proyecto es un buen regulador de su energía y se adapta a las necesidades de niños más tímidos, más activos... porque cada uno es diferente”.