“No sabemos lo que va a pasar este domingo”. Es la frase de un miembro del comité de campaña del PP que resume la incertidumbre que se ha instalado en la cúpula del partido ante unas elecciones decisivas que son, seguramente, de las más abiertas de la democracia española.
Ante este panorama tan incierto, y después de una campaña en la que el partido no ha despuntado, Mariano Rajoy recurrió al “discurso del miedo” ante la posibilidad de que un pacto de izquierdas le desaloje de La Moncloa.
Aunque el PP comenzó con optimismo la campaña electoral, el descenso de Ciudadanos en las encuestas y el debate “a cara de perro” con Pedro Sánchez, provocó en la formación temor a perder el Gobierno, máxime cuando en estos quince intensos días de caravana electoral sólo han conseguido una “mejora ligerísima” en sus sondeos, según fuentes del comité de campaña.
Por el contrario, el PP ha apreciado que la remontada de la que hablaba Pablo Iglesias hace más de dos semanas ha empezado a reflejarse en las encuestas, situándose “prácticamente en un empate técnico” con el PSOE. Eso ha llevado a los populares a centrar sus últimos mensajes en una apelación al voto útil y alertar contra una posible coalición “PSOEmos” y de “super rojos” liderada por el secretario general de Podemos.
Los datos que maneja del PP (con Podemos como segunda o tercera fuerza, y Ciudadanos como cuarta, pero muy cerca de las otras dos) dibujan un Parlamento muy fragmentado que pondrá fin al bipartidismo tradicional que ha existido en España en los últimos 30 años.
“Los parámetros de análisis han saltado por los aires”, sostiene el PP, que advierte de que con el actual panorama es más complicado que el PSOE y el PP se beneficien de los restos que ha aumentado su bolsa de escaños.