Ropa de ciclismo, entre tecnología y moda

Ropa de ciclismo, entre tecnología y moda
Ropa de ciclismo, entre tecnología y moda

El atuendo del ciclista ha evolucionado al calor del éxito que esta disciplina deportiva está cosechando en España. De ello dan buena cuenta tanto la ropa de ciclismo Alé como otras marcas que han conseguido aunar tecnología y moda para convencer a miles de adeptos.

Partimos de la base de que el ciclismo es el deporte más practicado en España, y el sector ha experimentado un crecimiento de calado en los últimos años. Así lo mostraba en 2016 un informe del Observatorio Cetelem, que estudia los hábitos de consumo de la ciudadanía en diferentes países y sectores. Aquel año, el cálculo ascendía a 1500 millones de euros de facturación, entre la que se puede contar el equipamiento y el vestuario específico.

Equipamiento para ciclistas a la última

La evolución de la ropa de ciclismo ha deparado una diferencia evidente entre el maillot tradicional y uno más específico y adaptado. Tales disparidades se pueden ver en la cremallera integral que ayuda a la regulación de la temperatura, (útil especialmente en verano), bolsillos en la parte trasera para almacenar enseres, metidos de silicona en las mangas y la parte inferior para evitar un movimiento excesivo de la camiseta e inclusión de bandas reflectantes en algunos modelos. Incluso los puños anatómicos dobles resultan novedosos.

En la confección de un atuendo a la última, que aplique las últimas tecnologías y se adapte al ciclista de hoy, ha resultado crucial la capacidad de innovación de marcas como la mencionada Alé, que se ha popularizado en España en los últimos años. Su concepto toma como protagonista a esos jóvenes ciclistas que quieren diferenciarse, lo que les lleva a realizar todo un despliegue de estrategia y técnica en laboratorios donde examinan materiales y soluciones prácticas.

En el panorama patrio tenemos a Etxeondo, una empresa afincada en Irura, en Guipúzcoa, que se ha sumado al carro del ciclismo. Cuando empezó, allá por 1976, se dedicaba a la estampación de pañuelos, camisetas de algodón y sudaderas, y hoy se afana en ofrecer ropa de la máxima calidad. “Desde el primer momento se optó por un cuidado exquisito en cada detalle, una obsesión, en el buen sentido, por conseguir el mejor producto”, dicen en su web. A día de hoy está presente en más de 30 países, y continúa con un crecimiento constante.

La estética, también importante

En la provisión de esos productos innovadores también han jugado un papel relevante las tiendas especializadas, que han asumido una función no solo de venta, sino de asesoría tanto a nuevo ciclistas como a experimentados. Los más visionarios, como Retto, supieron ver el filón del sector y explotarlo mediante un e-commerce que ahora cumple 10 años, donde ofrecen entrega inmediata y cambio de talla gratuito.

En tiendas como esta se puede ver algo evidente y que también habla a las claras de la evolución la ropa de ciclismo: la estética, impulsada sobre todo por el ciclismo de carretera. Las mismas Alé y Etxeondo dan buena cuenta de ello: colores vivos con combinaciones en tendencia y estampados rompedores en muchos casos, sin dejar de lado diseños más discretos pero también innovadores que satisfacen los deseos de los más austeros.

  

Con todo, la popularidad de este deporte entre los aficionados y la innovación en el equipamiento y la ropa de ciclismo caminan de la mano. Productores y distribuidores cumplen una función que se hace evidente en la comodidad y en la estética de las prendas.

 

Ropa de ciclismo, entre tecnología y moda

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