La primera de las tres turbinas que formarán parte del proyecto de eólica marina flotante Wind-float Atlantic comenzó a ser ensamblada ayer en el Puerto Exterior de Ferrol. El encargo, firmado en 2018 y que supuso la fabricación de una de las cimentaciones en las instalaciones de Navantia Fene –las otras dos fueron construidas en Portugal–, supondrá el primer parque eólico flotante de toda Europa continental y una toma de contacto con una tecnología que desafía muchas de las barreras geográficas existentes en la actualidad.
Así, las instalaciones de Windfloat Atlantic se situarán a unos veinte kilómetros de distancia de Viana do Castelo, en Portugal, a una profundidad de entre 85 y 100 metros. Las tres plataformas, ancladas al lecho marino –salvando así la problemática de dañar la biodiversidad que impide la instalación de parques fijos en muchas costas europeas–, proporcionarán una capacidad total instalada de 25 MW de potencia, suficiente para suministrar energía a 60.000 viviendas durante todo un año.
El proyecto forma parte del consorcio Windplus, conformado por las compañías EDP Renováveis, Engie, Repsol y Principle Power, esta última principal responsable de la ingeniería tras esta tecnología. Según detallaron las entidades, Windfloat ha contado con apoyo y financiación de entidades públicas y privadas.