Reportaje | Las grandes repercusiones de un encuentro fortuito con el rey de los montes

Reportaje | Las grandes repercusiones de un encuentro fortuito con el rey de los montes
El jabalí Albar (Sus scrofa castilianus) tiene su época de celo entre octubre y diciembre, el mismo período que concentra la mayoría de sus accidentes por choque

Pocas imágenes son tan recurrentes en la memoria colectiva de los habitantes de la comarca que un par de ojos de jabalí iluminados por los faros del coche durante una noche cerrada en una carretera sin iluminación del rural. El Sus scrofa castilianus, conocido como jabalí Albar, es el rey de los montes gallegos, además de la principal especie cinegética causante de accidente automovilísticos en la Comunidad.
S.F., vecina de Ferrol y víctima de un accidente contra un jabalí, ha terminado recurriendo a los tribunales. El suceso tuvo lugar a finales de septiembre del año pasado por un tramo de autopista sin iluminación. La noche estaba cerrada y solo los faros del coche iluminaban el oscuro contorno de la vía. “Yo iba conduciendo y de repente vi unos ojos, un animal que creí que era un perro, en el faro del coche. Recuerdo que en ese instante sentí mucha pena porque pensé que le iba a pasar por encima”, explica la víctima. “De repente comencé a dar vueltas en redondo, golpeándome entre la mediana y el guardarrail hasta que el coche dejó de moverse”.
La accidentada fue asistida poco después por un grupo de jóvenes en una furgoneta y un camionero, que a su vez comprobaron que el animal no era un cánido, sino un jabalí de tamaño pequeño. Las reducidas dimensiones de la criatura, sumada a la dureza del vehículo, lograron salvar la vida de la joven. Lamentablemente ésta no se esperaba lo que sucedería a continuación.
“La compañía de seguros me dijo que Audasa te llevaba a juicio por sistema, dado que siempre pueden alegar un montón de situaciones en lugar de señalar que la valla estaba rota”, indica. En pocos meses se cumplirá un año del accidente y el juicio aún no se ha celebrado, por lo que la víctima ignora si la empresa concesionaria de la gestión de la autopista se hará cargo de la situación. Lo que sí tiene claro, al igual que cada día más gallegos, es que aquella cláusula contra animales que hace años resultaba cómica, ahora parece mucho más necesaria. Y es que De acuerdo al 3er estudio Ponle Freno de la aseguradora Axa, –que analiza la siniestralidad con animales entre 2016 y 2017–, el número de accidentes provocados por jabalíes en las carreteras españolas aumentó un 35% en los últimos tres años, siendo Galicia la comunidad más afectada por la presencia de estos artiodáctilos. Cerca del 74% del total de accidentes causados por jabalíes se dan en carreteras galaicas, siendo Ourense y A Coruña la 4ª y 5ª provincias de España respectivamente que más accidentes con especies cinegéticas registran.
La mayoría de estas incidencias (un 84%) se concentran entre los meses de noviembre y diciembre, siendo este su período principal de reproducción –en algunas ocasiones puede haber dos épocas de celo al año, pero no es lo normal– y, por tanto, cuando los animales tienden a ser más agresivos.

La nueva normativa
El mayor problema derivado de este repunte viene asociado a la reforma de la Ley de Tráfico de mayo de 2014. Hasta aquel momento, en caso de accidente con animales cinegéticos el conductor era responsable siempre y cuando existiese una infracción por su parte; de no ser así el asunto dependería de factores como el tipo de vía, las medidas de seguridad o si se había celebrado una batida de caza en el área hasta 12 horas antes. Ahora, con la Ley 6/2014, la responsabilidad siempre recaerá sobre el conductor salvo contadas y muy raras excepciones.

Desconocimiento
Esta relativamente nueva normativa es desconocida, por lo general, por la mayoría de los conductores; aunque no así por las compañías aseguradoras, que ya están introduciendo cláusulas en sus pólizas para estos casos. El jabalí es un animal increíblemente robusto, de músculos fuertes y compactos y estructura ósea recia, por lo que un impacto con un vehículo suele saldarse con la muerte del primero y un gran destrozo del segundo.
Es por esto que muchos usuarios, al verse en la situación de un atropello de jabalí, son sorprendidos al descubrir que no solo tendrán que abonar por completo la reparación del coche, sino cualquier otro desperfecto que el accidente hubiese causado. l

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