La titularidad que Catalá disfrutó en los dos últimos encuentros –ante el Celta B como lateral izquierdo; frente el Coruxo de central– recupera para la causa racinguista a uno de los jugadores que más importancia tuvo en el comienzo de la temporada, pero al que después una lesión mantuvo mucho tiempo parado. Ahora, después de rendir a buen nivel a diario –“siempre hay que trabajar a tope para que, cuando te llegue la oportunidad, aprovecharla”, explica–, el defensa nacido en Granada admite que “físicamente me encuentro bien”. Hasta cree que “puedo estar más fresco y con más chispa que los jugadores que han jugado más”.
Pero, sobre todo, Catalá llega para renovar el ambiente que rodea al Racing. El defensa, de hecho, reniega del pesimismo que puede haber en torno al equipo porque solo tenga dos puntos de ventaja sobre sus más inmediatos perseguidores cuando hace unas semanas llegó a tener nueve. “A lo largo de la temporada hemos demostraro que somos un equipo de fiar. Además, si antes de que empezase el campeonato nos dijesen que, a dos jornadas para el final de la liga regular, íbamos a estar en el liderato, con dos puntos de ventaja sobre los demás, todos los habríamos firmado”, recuerda el jugador.
Por eso, de cara al encuentro del sábado –“es un partido para disfrutar, no para sufrir”, recuerda–, su esperanza es que el cuadro verde realice el juego que ha sido habitual durante la temporada para derrotar a la escuadra cántabra, resultado que, si llega acompañado de un pinchazo del Tudelano, significaría el título y la posibilidad de lograr el ascenso a Segunda en una sola eliminatoria en caso de imponerse al campeón de otro de los otros tres grupos que hay en la categoría de bronce del fútbol nacional.