El líder del PP, Pablo Casado, ha marcado distancia con la dirección del partido en la época en la que se enmarca la operación Kitchen, pero en el Congreso ha cogido fuerza la opción de que haya una comisión de investigación parlamentaria al respecto.
El levantamiento del secreto de sumario de la llamada pieza Kitchen ha generado una tormenta política porque se han conocido conversaciones, mensajes y presuntas actividades sobre la existencia de un presunto “operativo parapolicial” encargado, “aparentemente”, de localizar “material documental comprometedor para altos dirigentes” del PP, en manos de Bárcenas.
El juez que instruye esta pieza apunta a la posible responsabilidad de altos cargos de la administración general del Estado durante el Gobierno de Mariano Rajoy, en concreto de los años 2012-2016.
La Fiscalía Anticorrupción ha pedido que se impute al exministro de Interior Jorge Fernández Díaz y a la ex secretaria general de los populares María Dolores de Cospedal.
Además, uno de los mensajes que se han conocido, del que fuera secretario de Estado de Seguridad con Fernández Díaz, menciona al entonces presidente del Gobierno y líder del PP, Mariano Rajoy.
El actual presidente de los populares, quien entró en la dirección del partido en 2014 y cuatro años después alcanzó el liderazgo, ha desvinculado del caso al actual PP. Asimismo, ha defendido la presunción de inocencia tanto de Fernández Díaz como de Cospedal. La ex secretaria general fue una de sus rivales en las primarias tras la que ocupó la presidencia del Partido Popular.
También ha esgrimido la presunción de inocencia el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
“Ninguno de ellos está en política activa”, destacó Pablo Casado, quien además ha recordado que tampoco fueron en las listas electorales que avaló su dirección.
Sobre el contenido del escrito de acusación de la Fiscalía ha eludido cualquier comentario, aunque ha mencionado que está “liderada por una exdiputada socialista, exministra de (Pedro) Sánchez y además envuelta en un turbio caso de extorsión policial, empresarial y periodística muy relacionada con estas cuestiones”.
Su defensa ha consistido precisamente en recalcar la distancia de su ciclo con el anterior, “igual que nadie responsabiliza al señor Sánchez del caso Roldán”, ha dicho.
Cuando Casado se ha referido a la operación Kitchen, ya los medios de comunicación se habían hecho eco de una iniciativa promovida en un principio por ERC, aunque con el propósito de que sea compartida y cuente con un alto grado de apoyo en el Congreso, para que se investigue el caso.
Los mismos partidos que abogaron recientemente por crear en la Cámara una comisión de investigación sobre el consorcio de empresas españolas que se adjudicaron la línea del AVE a La Meca van a intentar registrar otra sobre la operación Kitchen. Son partidos a los que une la vocación por “la transparencia”, ha declarado el portavoz de ERC, Gabriel Rufián.
Los contactos han comenzado, y, aunque no han confirmado que la apoyen, los dos grupos que forman el Gobierno, PSOE y Unidas Podemos, no lo descartan.
Tampoco Ciudadanos, aunque su portavoz adjunto, Edmundo Bal, ha dejado claro que lo que quiere su partido es investigar la posible corrupción de todos, incluido Podemos.
El PNV, a través de fuentes parlamentarias, ha abierto la puerta al respaldo porque ve elementos suficientes como para investigar en el Congreso ese entramado “parapolicial”.
Así que una larga lista de formaciones con presencia parlamentaria (PSOE, Unidas Podemos, ERC, JxCat, Más País, Compromís, BNG, Cs, PNV, EH Bildu y la CUP) podrían respaldar esa nueva comisión.
Todos los partidos a favor de la nueva comisión han coincidido, además, en la importancia de que Casado dé explicaciones. La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, afirmó al respecto que corresponde a la dirección del PP y a su presidente dar las aclaraciones oportunas.