Al final del presente curso se habrán servido en los comedores escolares de Narón alrededor de 20.000 menús. El número de usuarios está en torno a los 585 y el Concello y la Xunta contribuyen a la financiación del servicio, de manera que la administración local aporta algo más de 41.000 euros y financia 191 becas, mientras que el gobierno gallego colabora con 50.000 euros. Esto es el presente, ya que el futuro traerá importantes novedades. Así lo indica la decisión adoptada por el equipo de gobierno de poner en manos de la Xunta la gestión de los comedores que funcionan en los colegios públicos de O Feal, A Gándara, Virxe do Mar y A Solaina.
Esta postura, que de mantenerse será traslada al pleno para su ratificación, se tomó después de valorar las dos posibilidades que el secretario xeral de la Consellería de Educación, Jesús Oitavén, trasladó en el día de ayer al alcalde de Narón, Xosé Manuel Blanco. La prórroga del convenio ahora vigente era la segunda opción. Esta alternativa llevaba implícita una considerable rebaja de la aportación autonómica. Según el consistorio, de los 50.000 euros actuales se pasaría a menos de 30.000. En concreto, la propuesta de la Xunta solo contempla una aportación anual de 28.000 euros, una cantidad que ha desanimado a los responsables municipales a renovar el acuerdo que vence a finales del presente curso. Aún así, el Concello se compromete a mantener y financiar el programa de becas para las rentas más bajas, lo que en algunos casos representa el precio total del servicio.
Trabajadores
Finalmente, los dos trabajadores de Adser Sistemas de Galicia que habían anunciado su intención de comenzar una huelga de hambre para reivindicar sus puestos de trabajo –se venían ocupando de vigilar el acceso al Concello de Narón– descartaron tal posibilidad al encontrarse con la negativa del gobierno a ocupar las dependencias municipales para pernoctar. Carlos Sabio, propietario de Adser, señaló la dificultad de la empresa para asegurar los puestos de trabajo, por la crisis, y explicó que la decisión del Concello de prescindir de los servicios de la empresa es la segunda que se produce en poco meses. A final de año, dejó de prestar servicio el guardia que trabajaba por las tardes.