Los vecinos de Recimil claman para que se implante un plan de convivencia y seguridad en el barrio

Los vecinos de Recimil claman para que se implante un plan de convivencia y seguridad en el barrio
Tiroteo en la calle Euskadi 3

Los vecinos de Recimil aseguran estar hartos de que su barrio sea el escenario de una gran parte de los episodios de violencia que ocurren en la ciudad. El último, el enfrentamiento este pasado miércoles entre un hombre armado y varias patrullas de Policía y que terminó con el primero herido de bala tras un disparo en el pecho por parte de un agente.
El herido J.M.F.L, de 29 años, se presentó a media tarde en el número 3 de la calle Euskadi portando un cuchillo y amenazando a una de las vecinas del inmueble, presuntamente por haber testificado contra él en un juicio rápido de violencia de género.
“Por desgracia, este no es el primer episodio violento que tenemos que vivir los vecinos del barrio. Continuas agresiones y amenazas, catanas, cuchillos. Estamos hartos”, explica Carlos del Río, responsable del Consejo de Barrio de Recimil. El activista explica que el deterioro de la convivencia en el barrio se ha agravado en los últimos años, según él, fruto del fracaso de los planes de reurbanización. 

Inacción política
“Ni este gobierno ni los anteriores han sabido tomar cartas en el asunto. Y ahora nos encontramos con un barrio envejecido y amedrentado. Las casas que quedan deshabitadas –por el fallecimiento de inquilinos de avanzada edad– se ocupan de forma ilegal y, en muchos casos, esto lleva aparejado conductas violentas y actos delictivos. Va camino de convertirse en un gueto donde reina la anarquía”, lamenta Del Río. Por ello, asegura de cara al próximo pleno, los vecinos volverán a movilizarse y harán llegar sus protestas a la corporación. “Ya llevamos una moción con centenares de firmas de vecinos afectados, pidiendo un plan especial de seguridad para nuestro barrio y ningún grupo político quiso hacerla suya. Somos una patata caliente que se van pasando de unos a otros”. 
En esta ocasión, tienen previsto realizar una marcha desde la plaza de Sevilla hasta la de Armas y hacer llegar su hartazgo a los grupos municipales. Según Carlos del Río, este asunto, el de los problemas de convivencia en el barrio, debe ser una prioridad para el gobierno de Suárez o cualquiera que llegue en los próximos años. “Cuando hemos ido a pedir ayuda, nos han dicho que no hay estadísticas policiales como para considerarlo un barrio conflictivo, pero los que estamos aquí todos los días vemos conflictos a diario, algunos muy graves”, asegura. “La venta de droga, las mafias que comercian con los pisos vacios y otros aspectos sociales generar una situación insoportable para los vecinos de clase trabajadora que llevan toda la vida aquí”.
Por ello, cree que una de las primeras acciones que debería llevar a cabo el gobierno municipal es echar de las viviendas a los ocupas que cometan acciones delictivas. “Hay sentencias y no se están ejecutando”, afirma. Además, insiste en que es “injusto” que decenas de familias del barrio hayan tenido que abandonar sus casas por verse rodeados y presionados por “ocupas y violentos”.
Del Río cree que la problemática social acarrea otros inconvenientes al barrio, como es la pérdida de tejido económico. “¿Quién va a querer hoy en día montar aquí un negocio?”, se pregunta el responsable del Consejo de Barrio, quien recuerda que “mucha gente honrada de clase trabajadora ha luchado por el buen nombre del barrio”.  l

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