Desde que se aupó al liderato del grupo 1 –en el mes de diciembre, tras la jornada previa al parón navideño– el Racing ha sido consciente de que el camino hacia el título no iba a ser fácil. A pesar de las siete victorias que encadenó y las 17 jornadas que lleva sin perder, el equipo ferrolano ve a su principal rival por esta objetivo, el Bergantiños, empatado a puntos –el tercer y cuarto clasificado sí están ya un poco más lejos–. Y, puesto que el cuadro verde no quiere descabalgarse de la posición en la que está, su necesidad siempre es la de ganar, que es la idea con la que se presenta al partido que lo enfrenta al Silva este mediodía –12.30 horas, Grela 1–.
Se presenta a este partido el equipo ferrolano tras un empate que, analizado desde todos los ángulos, no responde más que una sucesión de circunstancias que se confabularon para impedir que derrotase al Alondras. Ese encuentro, sin embargo, dejó ver una de las mejores versiones del equipo ferrolano en lo que va de campeonato –la de la primera parte–, que es la que quiere repetir el mayor número de veces de aquí al final de la liga regular para acercarse al título. Además, cuando las cosas no vengan tan bien dadas, el cuadro verde se esforzará para mantener la compostura en los malos momentos y superarlos con buena nota. 

Ánimo
Dos son las mayores amenazas con las que el Racing se presenta a este partido. Por un lado, la escasez de efectivos con la que se presenta. Las bajas de Catú y Garrido –sancionados– y de Sanmartín –lesionado– dejan el equipo ferrolano con solo catorce integrantes de la plantilla disponibles. Por otro, la hierba artificial sobre la que se jugará el encuentro obligará al cuadro verde a adaptarse a lo que esta superficie requiere. A saber, intensidad, concentración y atención máxima en las acciones a balón parado que haya.
A pesar de estos condicionantes, el cuadro de la ciudad naval está convencido de poder sacar adelante el partido y, de esta manera, seguir una semana más en lo más alto de la tabla clasificatoria.