Finalizada la temporada 2018, que Javier Gómez Noya centró en las pruebas de media y larga distancia –incluido su perseguido estreno en el Ironman, en cuyo Mundial terminó en la undécima posición–, el triatleta ferrolano ya ha empezado a preparar la de 2019. Aún sin concretar el calendario al que hará frente –lo empezará a perfilar en una próxima reunión con su entrenador, Carlos David Prieto– y en qué modalidad se va a centrar —esta semana se desplazará a Madrid para entrevistarse con el seleccionador olímpico nacional para ver si retoma el sueño de Tokio–, el triatleta ferrolano ya ha empezado a trabajar con vistas a los próximos meses. En breve se desplazará a Nueva Zelanda, donde se casó hace un par de meses, para realizar casi toda su pretemporada.
¿Qué análisis hace de la temporada pasada, centrada en la media y la larga distancia?
Ha habido cosas positivas y otras que no lo fueron tanto. Mi principal objetivo [el Mundial de Ironman] no me salió como me hubiera gustado y por eso no estoy contento con eso pero también era consciente de que era una carrera muy particular, que hay que conocer y en una distancia en la que soy novato, así que era difícil hacerlo bien a la primera. Anteriormente, en mi debut en Ironman, aunque quedé de segundo, lo hice mucho mejor de lo que se esperaba, sobre todo por el registro que conseguí. En Medio Ironman también he hecho carreras muy buenas... Así que, aunque el principal objetivo principal no salió como me hubiera gustado, en general estoy satisfecho con la experiencia de haber hecho en mi carrera una cosa diferente.
¿Qué planes tiene para el año que acaba de comenzar?
Veremos qué hago esta temporada. Aún estoy hablando con mi entrenador [Carlos David Prieto] para ver qué vamos a hacer. Pero está claro que a Hawái, no sé si este año o más adelante, voy a volver. Ha sido un buen aprendizaje, cuando pienso en esa carrera me doy cuenta de que he cometido muchos errores, además de que no estuve a mi mejor nivel y no pude sacar lo mejor que llevaba dentro. Eso lo puede gestionar mejor y puedo mejorar también con más entrenamiento específico. Así que espero volver y hacerlo mejor.
¿Cuáles son sus planes de trabajo de cara a los próximos meses antes de competir?
Estoy empezando a entrenar, dentro de poco me vuelvo a Nueza Zelanda, donde estaré hasta finales de marzo, y estamos empezando a diseñar el calendario... A ver por dónde tiramos, por lo menos la primera mitad del año, pero no descartamos absolutamente nada.
¿A estas alturas qué es lo que más le apetece hacer?
¡Por apetecer me apetece todo! Pero todo no se puede hacer y hay que elegir, tener en cuenta muchas cosas, ver qué te motiva más en cada momento...
¿Qué lugar ocupa en sus pensamientos el sueño olímpico?
Siempre está ahí. Pero tienes que ser realista, ver si puedes ser competitivo o si no. Pero el Ironman también ha sido una buena experiencia la temporada pasada... Decida lo que decida y haga lo que haga voy a seguir trabajando bien para dar mi mejor versión.
¿La experiencia le da más tranquilidad para decidir en qué se va a centrar y qué disciplina debe priorizar?
La experiencia te da más criterio y cada año es diferente. El año que viene hay unos Juegos Olímpicos, pero esa es una cita en la que ya he estado... Todavía estamos valorando.
¿Cómo ha vivido el título conseguido por Mario Mola, le preocupa que se acerque a sus cinco títulos mundiales?
¡Que gane todo lo que pueda! Mario Mola es un crack y este año ha merecido el título mundial, porque ha sido el mejor con diferencia. Me alegro mucho por él porque trabaja muy duro, ha sabido buscarse su camino, pasa casi todo el año fuera de casa, entrenando con gente de fuera... y eso le está dando muy buen resultado.
¿Haberse casado fue el mejor logró del pasado 2018?
Lógicamente fue un momento muy bueno. A efectos prácticos mi vida no cambia mucho, porque llevo mucho tiempo con Anneke. Fue bonito hacer una celebración allí. Ahora habrá que hacer otra aquí para la gente que no pudo desplazarse hasta allí pero los dos estamos supercontentos.