Terminó la última etapa en la 31ª posición, la peor desde que comenzó la Volta a Portugal, el pasado 29 de julio. Gustavo César Veloso, de 35 años, cruzó la meta de Lisboa con una sonrisa de oreja a oreja, consciente de que el triunfo final era suyo desde la victoria en la cronometrada del sábado. Es la segunda ‘Grandissima’ consecutiva para el arousano, octava para el ciclismo gallego, todas en las últimas diez ediciones. Líder desde la tercera jornada y arropado por Delio Fernández, escudero de lujo que se quedó sin podio por un problema mecánico en la crono, Veloso mandó de principio a fin.
El mejor de los favoritos en el prólogo de Viseu –fue segundo detrás del belga Gaetan Bille–, se vistió de amarillo en la primera llegada en alto, en la Serra do Larouco, donde ganó su compañero y amigo Delio y él hizo tercero. Veloso afianzó el maillot de líder en la subida al santuario de Nossa Senhora da Graça y la llegada en cuesta a Viana do Castelo gracias a las bonificaciones –tercero en ambas– y se permitió el lujo de ganar la sexta etapa al sprint tras la descalificación de Jose Gonçalves, que cerró su trayectoria en los metros finales.
Veloso sentenció la general en Torre, punto más alto de Portugal sin contar las Azores y cita ineludible de la Volta, y en la contrarreloj final. En la ascensión más dura de la carrera llegó segundo, a rueda de Delio, los dos más fuertes para arriba. En la crono rodó a más de 50km/h durante 40 minutos, se anotó su segundo parcial y aventajó a sus grandes rivales por la victoria en más de un minuto.
A los dos triunfos de etapa y la general, Veloso suma la clasificación de la regularidad y la combinada. Dominador absoluto, estuvo acompañado en el podio por Joni Brandao y Alejandro Marque. Álex, ganador en 2013 por delante del propio Veloso, volvió a sentirse ciclista después de un año sin equipo por un resultado anómalo que truncó su fichaje por el Movistar. La justicia le dio la razón y regresó para luchar por la Volta. Nada pudo hacer ante la tiranía del W52-Quinta da Lixa y su líder, Veloso, compañero de ‘grupeta’ y amigo fuera de la carretera.
Gustavo, Álex y Delio son las cabezas visibles de un castigado ciclismo gallego que cuenta con poco más de una docena de nombres en el profesionalismo. La desaparición del equipo Xacobeo, hace ya cinco años, cortó una progresión fantástica, que tocó techó con el segundo puesto de Ezequiel Mosquera en la Vuelta a España 2010.
Los Veloso, Marque y Fernández tienen piernas para volver a la elite, pero ellos mismos reconocen que es una utopía. La escasez de equipos en España –Movistar, en el World Tour, Caja Rural, de segunda categoría, Burgos y Murias, de tercera– ponen el freno a un posible regreso a la primera línea.
Mientras, siguen dando que hablar en Portugal, que les acoge con los brazos abiertos y celebra sus éxitos en una carrera que cada mes de agosto paraliza cada rincón del país vecino. La Volta habla gallego.