Navantia entregó ayer a la naviera Fernández Tapias, en una ceremonia discreta a puerta cerrada, el buque “Monforte de Lemos”. Culmina así, más de año y medio después de su firma, uno de los contratos más celebrados por la actual dirección del grupo público, consistente en la transformación del barco para realizar tareas de análisis de crudo en los bancos de petróleo del Golfo de México.
En el momento de la firma del acuerdo, el 25 de septiembre de 2013, se anunció que el encargo supondría una carga de trabajo de 150.000 horas y que se resolvería en cinco meses. No obstante, el buque ha permanecido en los muelles del astillero Navantia Ferrol durante más de un año, desde diciembre de 2013 hasta ahora. Según informó la naviera Fernández Tapias en su momento, el retraso en el inicio de la obra se debió exclusivamente a la necesidad de traer de Estados Unidos una maquinaria específica para el buque. Finalmente, los trabajos arrancaron en el verano pasado.
Navantia respondió a un encargo de alto valor tecnológico que supuso, además, acceder a un mercado específico que se deriva de las actuales exigencias en materia medioambiental dentro de la extracción de crudo. El “Monforte de Lemos” se ha preparado para analizar el caudal y la calidad del petróleo que se extrae del lecho marino evitando las emisiones contaminantes.
En la transformación del “Monforte de Lemos” hay que lamentar la muerte de un trabajador de la empresa auxiliar Iris, sobre el que cayó una pieza de gran tonelaje que estaban izando. Se están investigando las causas del siniestro.