Cuando tenemos la necesidad de cultivar ciertas plantas con cuidados especiales y un mantenimiento muy superior a las convencionales, los formatos y necesidades que nos surgen han de ser analizados con cautela.
Existe un rango de plantas muy pequeño dentro de este subgrupo, pero quizá la más conocida en este espectro, es la planta del cáñamo, muy valorada entre sus consumidores dada la gran cantidad de propiedades peculiares que nos aporta.
La pregunta que muchas veces se hacen las personas para iniciarse en este tipo de cultivos, es cómo iniciarse en la materia de una manera rápida y sencilla y obviamente, con garantías de alcanzar los mejores resultados al menor coste.
Generalmente cuando investigamos, solemos descubrir que existe la necesidad de invertir grandes cantidades de dinero en espacios dedicados, con una importante cantidad de indumentaria y herramientas, sistemas automatizados para el control de la temperatura y la luz: y aun peor: La gestión de un abono y tierra de cultivo que no siempre es posible aplicar en cualquier tipo de superficie.
Pero gracias a los nuevos avances y las nuevas tecnologías, es posible hoy en día crear un formato mucho más conveniente para las personas que desean desarrollar un autocultivo de manera sostenible: La utilización de un armario de cultivo.
En primera instancia, como suele siendo habitual y más considerando, que este tipo de acciones se suelen llevar a cabo para economizar en la obtención de esta materia prima, tenemos que analizar qué nivel de producción pretendemos obtener, para así detectar qué tamaño de armario sería más conveniente según nuestras necesidades, y que nivel de mantenimiento estamos dispuestos a hacer.
Los armarios suelen tener diferentes características y elementos añadidos que facilitarán todo el proceso de montaje, pero como es evidente, cuanto más completos sean, más se incrementará el precio. Dependiendo del grado de conocimiento que se tenga sobre la materia, quizá sea más conveniente tender a un armario de los llamados “llave en mano”, que trae todo el kit necesario para el montaje y el inicio del cultivo inmediato.
Evidentemente, si nuestro interés es cultivar para más personas aparte del autoconsumo, necesitaremos ampliar el espacio necesario para ubicar nuestro armario y también barajar compras de armarios más grandes, o con más módulos (existen versiones de armarios modulares que pueden ir incorporándose más armarios a la estructura principal y así aprovechar ciertas instalaciones, como el suministro de luz o de agua).
Lo ideal es que esta previsión se realice antes de empezar el cultivo y no después de tenerlo todo montado, dado que una reubicación puede ser más costosa que la inversión inicial incluso.
Puede parecer un aspecto baladí, pero hay que recordar que estos cultivos no convencionales, suelen ser más aparatosos y ruidosos de lo común. Es por ello fundamental, analizar la ubicación de este armario, dado que podría molestar a los vecinos e incluso podría traernos algún problema a nivel legal, dado que dependiendo del tipo del cultivo, la ley puede no tener buenos ojos antes el mismo.
Existen sistemas más silenciosos o armarios que aíslan mejor el ruido dada la robustez de sus materiales, y en función del caso, es posible que puedan servirnos para este cometido.
Este es posiblemente uno de los aspectos más interesantes. Para evitar tener que estar lidiando con cultivos basados en tierra, se debe aplicar la técnica de la hidroponía: Las plantas se ubican en cubos con agua, en los cuales se disuelven los minerales necesarios para su crecimiento. Esto es muy práctico, dado que no se necesita instalar un suelo de cultivo integral, el cual suele ser muy costoso de mantener en el día a día y sobre todo, muy complejo de desplegar cuando cultivamos a múltiples alturas.
Para ello, junto al armario de cultivo, necesitaremos adquirir un sistema de cultivo hidropónico, el cual simplificará las tareas más comunes para este tipo de plantaciones.
Hay un tema en el que pocos piensan al inicio: Si desean un suministro constante del cultivo en cuestión, o si simplemente desean desarrollar un cultivo estacional. Generalmente cuando hablamos de un suministro constante, es como ir al supermercado y encontrar disponibles tomates todo el año: Es necesario para ello contar un sistema que permita escalonar el crecimiento de nuestros cultivos, de tal manera que las fechas de recolecta, vayan produciéndose de manera gradual, y así podamos distribuir el consumo a lo largo del año (por ejemplo, en intervalos de un mes).
Para ello existen dos opciones: