La Fiscalía ha elevado a definitivas la petición de condenar a dos años de prisión al exmilitar gallego Octavio Miguel Cadelo, acusado de hacer apología del terrorismo yihadista en su perfil de Facebook y vender camisetas con imágenes de ejecuciones del Estado Islámico. El acusado ha asegurado que publicaba los mensajes en la red social para “dar a conocer lo que estaba pasando”.
La Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha celebrado este viernes la vista contra Cadelo, que se encuentra en libertad provisional desde el pasado 19 de julio, después de se ordenase su ingreso en prisión por no presentase unos días ante el tribunal que juzgaba este hecho.
La fiscal ha mantenido la pena que solicitaba en su escrito de acusación, de dos años de prisión y la inhabilitación absoluta de ocho años, al entender que estos mensajes –que son “claramente laudatorios y propagandísticos”, como señalaba en las conclusiones provisionales– no están “amparados” por el derecho a la libertad de expresión, sino que se percibe una “muestra de admiración y de deseo de reproducir” los actos yihadistas.
Propaganda delictiva
Ha subrayado también la fiscal que con estos comentarios y con la intención de vender prendas con imágenes y escudos de organizaciones terroristas, sobre todo del Estado Islámico (EI), se han “ensalzado sus métodos” y se han “propagado” los actos delictivos del yihadismo.
Entre otros aspectos, ha indicado que se ha hecho publicidad de los mismos, ya que se han difundido en un perfil abierto de una red social, independientemente de los seguidores que el acusado tenga.
Dentro de los mensajes destacados por la Fiscalía, se encuentra uno en el que se difundía los momentos antes de que el EI ejecutase a un cooperante británico Alan Henning, en el que mencionaba su intención de hacer camisetas con esta imagen.
Unos días después justificaba en la red social las decapitaciones y la quema viva de personas que estaba llevando a cabo el mismo grupo terrorista.
Cadelo, durante su declaración, ha afirmado que es católico desde los 38 años, que no comparte los actos terroristas del EI y que, por el contrario, defiende el sionismo. Sin embargo, para la fiscal Susana Landeras este argumento es “ocioso” y no ha mostrado ninguna “empatía” por el cooperante británico.