La sexta edición de Las Meninas de Canido confirmó que la propuesta ha trascendido ya el ámbito pictórico para convertirse en un auténtico referente cultural en el popular barrio ferrolano. Durante prácticamente tres jornadas, cerca de veinte mil personas desfilaron por las calles de la zona para disfrutar del trabajo de los 70 pintores que, con las obras realizadas en los últimos días, elevaron ya a casi trescientas unidades los fondos de esta particular “pinacoteca” urbana.
Si bien nació con la idea de paliar el deterioro que sufría el barrio, la iniciativa ha logrado acercar a pie de calle referencias artísticas de todos los ámbitos, ofreciendo a los vecinos del barrio y, por extensión, de toda la ciudad, experiencias culturales de diverso signo. Su ideólogo, Eduardo Hermida, así lo confirmaba todavía eufórico por el éxito de esta edición, que resumía asegurando haber visto a los visitantes “disfrutar” como nunca. También los artistas lo hicieron, desarrollando su trabajo como pocas veces lo hacen, en contacto directo y bajo la atenta mirada de infinidad de visitantes.
El número de espacios vacíos en el barrio sobre el que actuar es cada vez menor y ello obligó este año a extender la acción hasta la calle San Diego y la Cangrexeira. Esa dispersión hizo más difícil cuantificar la afluencia de público pero, sin duda, se trata de una de las ediciones con mayor seguimiento. Algo que quedó patente en las actuaciones musicales programadas, en el recital de poesía del sábado a cargo de Antón Reixa en la plaza de A Tahona, o en la obra de teatro que Iolanda Muiños y Camila Bossa representaron en el local social de la SRD Canido; pero también en las actividades programadas para los más pequeños. Ayer, de nuevo la música fue la protagonista, con los conciertos de Yenny Bossa & Sergio y del dúo Rubia.
“Contar en el barrio, a disposición de todos, con obras de gente como Antón Patiño o Menchu Lamas, por citar algunos, que exponen en galerías de todo el mundo, es un lujo”, insistía Eduardo Hermida, asegurando que Las Meninas se están consolidando como “un icono” de este barrio.
También agradeció el apoyo de los voluntarios que, desinteresadamente, colaboraron en tareas logísticas de organización y cobertura a los artistas participantes y que considera un claro ejemplo del interés e implicación que la iniciativa ha despertado en la ciudad. Con muchas de las reinterpretaciones del tradicional cuadro de Velázquez todavía luciendo húmedas en los muros de Canido, a partir de hoy toca comenzar a pensar ya en la edición del 2016.