“Ya la veo”, le advertía una niña a su madre. Aún no habían pisado A Cubela, pero la pequeña se imaginaba una melena rubia allá a lo lejos, dispuesta a firmar cientos de portadas y otros tantos formatos porque Alba Reche le puso su toque de tinta hasta en la funda del móvil de Desi, para la que este año la concursante supuso mucha inspiración. Esperaba la vuelta del objeto fetiche detrás de la valla, contenta de verla como los otros cerca de 1.000 jóvenes que serpentearon la plaza de El Corte Inglés.
La cola llegó hasta a la altura de la librería Azeta, donde María y Nuria esperaban de últimas junto a su madre que afirmaba que nunca se había imaginado en esa guisa. Tenían hora y media para conseguir lo que Carlota, Natalia y Cristina se guardaron en el corazón pasadas las seis. Una colección de autógrafos de la que aseguraban que invitarían a sus casas para que les cantara “Llorona” en petit comité, “la queremos mucho” y por eso, le escribieron una misiva en un papel azul. Todavía les dolía la barriga de los nervios.
Otro grupo, el de Laura, Zaira, Eugenia, Iria y otra Laura estuvieron esperando el momento desde las 14.45 horas con los CD en ristre y un bocadillo en la mochila. “Es increíble y maravillosa. No tengo más calificativos para ella. Es muy dulce. Es mi vida”. Incluso a una de ellas, Alba Reche le ayudó a sobrepasar momentos horribles: “Este año viendo las 24 horas de Alba seguí adelante”.
Por su parte, Jimena acudió a la cita con dos cajas de bombones en forma de corazón para la exconcursante de Operación Triunfo a la que observaba desde la barrera. Su gente mientras, le guardaba sitio en la cola, más alejada del meollo: “Es supermona, me encanta su voz y es superdistinta”.
Por su forma de hacer y de ser, la que quedó de segunda en el programa arrasa. Ayer, desde el centro comercial calculaban más de mil fans sobre el perímetro.
Entre ellas, estaban Ash y Paula, que no sabían si serían capaces de recordar lo que querían decirle. Ash hablaba de compartir micrófono con la que versionó “She used to be mine”, de Sara Bareilles, y su compañera sentenciaba con que vida solo hay una y ellas estaban ahí para gastarla al 100%.
Arriba con camiseta blanca y pantalón de cuero, Reche sonreía, posaba y daba las gracias. Y entre medias, afirmaba que “es imposible acostumbrarte a todo esto”. Alba alababa a su gente. No era para menos: “El público de aquí es superagradecido y cercano”.
De Vilagarcía llegó Carla con un dibujo de la cantante hecho a lápiz: “No me salió muy bien”. Detrás le seguía un grupo de Vigo y otro de Coruña que congeniaron en las horas muertas: “Igual nos da un ataque y volvemos en ambulancia”.
Universitarios
Subiendo algo la media de edad, Álvaro y Mauro, el primero de Toledo, no sabían decir por qué les cautivaba, pero allí estaban. Al fondo, María, la madre contaba que era la primera vez que se introducían en el fenómeno fan.
En mayo estará con sus pequeñas en el Coliseum para verlos a todos en directo ya a un nivel más experto, después de lo de ayer. Desi explicaba que Alba Reche le gustaba musicalmente y como persona. Solo con verla sonreir le llegaba para ver un poco más azul la vida. Llorona.