NARÓN - Un edificio de aires indianos en plena Carretera de Castilla

Xuvia atesora uno de los edificios más singulares del Concello de Narón, el chalé de San Román. una edificación de estilo indiano  en plena Carretera de Castilla cuyo uso fue cedido a la AVV Altea –el propietario lo entregó al Concello y este a su vez delegó su uso en la entidad vecinal–. Su presidente, Ramón Rodríguez Silverio, fue testigo de la opulencia de un inmueble construido, como muchos otros de la comarca, al calor de los frutos de la emigración. “Yo jugué de pequeños en estos jardines, allá por el año 1945, y para aquellos tiempos de la posguerra en la que todo era miseria y terrenos de labradío por esta zona, esto era espectacular”, comenta.
Los vestigios de unos jardines diseñados al detalle y hasta hace unos años invadidos por la maleza dan la bienvenida al visitante tras el portón de entrada recientemente cambiado por la asociación y el Concello dado su mal estado. El agua tenía una importancia especial aquí. Un sistema de caños realizados en piedra de Toelo y que hoy todavía se conservan, aportaban “frescor” a los jardines delanteros presididos por varias estatuas. Solo los leones de la entrada han soportado los envites del tiempo.
Camelios, manzanos y palmeras son algunas de las especies que se conservan en un espacio que en otro tiempo acercó a los vecinos los manjares de otras latitudes. “Había un caqui y un granado cuyas ramas daban a un camino público, lo que nos permitió probar frutos que por aquel entonces aquí no había”, recuerda Rodríguez Silverio.
El exotismo de los jardines se traslada al interior de este inmueble de tres plantas catalogado por Patrimonio, con grandes salones y espacios diáfanos, a los que los vecinos le ven muchas posibilidades. “Si el Concello lo comprara y rehabilitara sería perfecto para cualquier recepción o acto. Además, por las dimensiones de la finca y aprovechando las construcciones anexas, se podrían acondicionar como locales de ensayo”, propone el presidente de la entidad vecinal.
Hasta el momento el Concello y la asociación han realizado varias limpiezas de desbroces en la finca y la administración local ha colocado nuevos cristales y reparado la cubierta por donde entraba agua para evitar el avance de los daños. Y es que el tiempo y el vandalismo no han reparado en el valor de un edificio que conserva intactos el 90% de sus suelos de madera de teca. Las mejores vistas las ofrece el minarete, un habitáculo ahuardillado, forrado de cartón estampado. Espacios todos ellos que se prestan a la rehabilitación, y que como sugiere Rodríguez Silverio “podían acondicionarse con escuelas-taller”. El objetivo último es poner este espacio al servicio de los vecinos para su disfrute. n