Tres años después de hacerse cargo de forma interina del puesto y tras dos años de mandato, Carlos Bremón deja la Federación Gallega de Natación por motivos personales de forma un tanto precipitada, pero habiendo cumplido con todos los objetivos que se fijó a su llegada. Bremón se despide del cargo, de la propia Federación y cierra una larguísima etapa de su vida en la que, tras ejercer como deportista, entrenador y mandatario, le ha llegado el momento de tomarse un descanso o, cuando menos, un merecido respiro.
- ¿Qué balance hace de estos tres años al frente de la Federación?
- Ha sido una etapa sin grandes cambios. A nivel deportivo, en lo que a la natación se refiere, continuamos en el camino que había marcado Carlos Touriño, justo antes de marcharse, con la creación del grupo de alto rendimiento en el Centro de Tecnificación de Pontevedra. Eso nos permitió contratar a un magnífico entrenador como Fernando Zarzosa, que colaboró muy bien con Luisa Domínguez, y pudimos tener más nadadores becados. Pasar de tener un entrenador a tener dos es un gran cambio, sobre todo cuando cuentas con nadadores como Bea Gómez y María Vila, que te exigen un seguimiento mayor.
- ¿Y en el resto de disciplinas que aglutina?
- En waterpolo se ha conseguido estabilizar algunos problemas que teníamos de arbitraje, de técnicos... A nivel deportivo, los resultados en Campeonatos de España también han mejorado y son muy esperanzadores. En lo que se refiere a la natación sincronizada, contamos con casi diez clubes, cuando otras comunidades autonómicas similares a Galicia no pasan de uno o dos. También se está incrementando la natación máster, como un reflejo de la sociedad, en la que la gente madura está empezando a practicar más deportes y a competir con asiduidad.
- ¿Se le han quedado cosas en el tintero por hacer?
- Seguro que alguna. Sin embargo, he logrado el que era mi objetivo prioritario, que era implantar el waterpolo femenino. Es de lo que más satisfecho estoy. Era una injusticia que en España, que ha sido campeona del mundo, las mujeres tuviesen que competir en equipos mixtos. Hemos echado a andar una liga cadete femenina con cinco equipos, este año empezará la infantil, al margen de la sénior, que ya existía. Además, en sincronizada quería contratar a una especialista de alto nivel para que impartiese jornadas técnicas y conseguirlo nos ha permitido profundizar en el concepto de que lo primero que hay que aprender en la sincronizada para llegar a la excelencia es la técnica, antes que la parte artística.
- Supongo que uno de sus retos sería equilibrar recursos entre todas las disciplinas.
- Hay que asumir que las federaciones de natación, a cualquier nivel, son muy complejas porque trabajan con especialidades que nada tienen que ver y que, además, a veces se disputan el mismo escenario y compiten por los espacios de entrenamiento. En muchos sitios se han centrado en la natación olvidando las otras especialidades, pero yo creo que es una cuestión de justicia poner énfasis y aplicar medios para que todos los deportistas puedan desarollar lo máximo posible su deporte y su trabajo. En Galicia la natación ya tiene ese desarrollo hecho, pero hemos logrado que tanto el waterpolo como la sincronizada estén muy cerca y a un nivel muy digno.
-¿Cómo ve el futuro de la natación en Galicia?
- Contamos con tres deportistas de mucho nivel, como Bea Gómez, María Vilas y Marcos García –Natación Ferrol–. Por detrás hay otras que destacan, como Águeda Ons, con un gran futuro y, después, una serie de nadadores que pisan podio con frecuencia. Tenemos una buena base sobre la que apoyarse y cada año, por cualidades, pueden salir seis u ocho nadadores. Pero nos falta gente que pueda hacer esa doble sesión, que pueda entrenar más, que es algo absolutamente necesario para alcanzar resultados. Y, además, tampoco podemos coger a más de tres o cuatro cada año en Pontevedra porque solo tenemos quince plazas.
-¿Y en Ferrolterra?
- Desgraciadamente el nivel se ha quedado estancado. Los clubes hacen lo que pueden, no lo que quieren, porque faltan instalaciones. Es cierto que el Concello de Ferrol es uno de los que contribuye con mayor generosidad y entiende mejor las necesidades del deporte amateur, pero hay un problema con las intalaciones. Se han quedado pequeñas porque cada vez hay más actividades y en Narón pasa lo mismo. Aquí se habló mucho de la necesidad de construir una piscina de 50 metros gestionada por la Mancomunidade. El tema quedó estancado, pero sin duda sería un paso adelante extraordinario que se iba a notar en todas las especialidades.
-Usted tomó el relevo de otro ferrolano, Carlos Touriño. Ahora es él el que lo sustituye, ¿qué retos tiene por delante?
- Él estuvo once años en la Federación y en los tres últimos nunca ha perdido el contacto. Con su experiencia y veteranía y el magnífico equipo profesional, tanto técnico como administrativo, que tiene, que hace un trabajo magnífico, no tendrá problemas.
- Tras tantos años vinculado al deporte en todas sus facetas, ¿es esto una “jubilación” definitiva para usted?
- Lo dejo por motivos personales y porque viviré parte del año en Canarias. Hay muchas tareas que he tenido que dejar de lado por el trabajo en la federación y que ahora podré retomar. Pero está claro que si alguien me invita a una tarea tranquila, de dar ideas y apoyar, yo encantado, porque toda mi vida he estado rodeado de deporte y de deportistas y para mí sería tremendamente difícil vivir alejado de él.