“Tengo que dejarme ver para que me tengan en cuenta”

“Tengo que dejarme ver para que 
me tengan 
en cuenta”
Joaquín Montero, durante un entrenamiento en Lucerna | fer

El primer tren hacia el Europeo, aquel que debía subirlo al doble scull ligero español, se le escapó en marzo, pero Joaquín Montero no estaba dispuesto a dejar la oportunidad de que los técnicos de la selección nacional lo tuviesen en cuenta tras todos los sacrificios que ha hecho esta campaña. El remero de Ferrol no se rindió, se hizo fuerte física y mentalmente y, cuando la Federación decidió contar con un skiff en la cita continental, lo puso todo de su parte para ser su tripulante.


El de Ferrolterra venció en el Open que habría de catapultarlo a un Europeo que mañana arranca para él en Lucena –12.00 horas las eliminatorias y 17.30 horas la repesca–, una de las catedrales del piragüismo internacional, uno de esos escenarios en el que “merece la pena” remar.

En una temporada irregular en cuanto a resultados, competir en este Europeo es el premio a su constancia.


La temporada empezó bien en el Campeonato de España de remoergómetro, pero tuve un bajón y coincidió con las pruebas del doble scull para el equipo nacional y no conseguí meterme. Pero seguí entrenando, mejorando y cuando la Federación decidió apostar por un barco individual estaba preparado.

¿Es complicado rehacerse de ese primer golpe y seguir trabajando en busca de otra oportunidad?
La verdad es que sí. Hace falta ser duro mentalmente, pero también tener la ayuda de los entrenadores para que te digan que el trabajo que estás haciendo está bien aunque no salgan los resultados. Para mí es importante, sobre todo, el apoyo de José María Hermida, mi entrenador del Remo Cedeira, que me conoce bien y me ayuda mucho. Los entrenadores de aquí te motivan y son importantes, sobre todo en lo físico y a nivel de entrenamiento, pero es importante tener cerca a alguien que realmente te conozca y diga lo que necesitas oír.

¿Cómo llega a este Europeo? ¿Ha hecho un trabajo específico?
Después del Open de Primavera, que me había salido tan mal, cambiamos algunas cosas respecto a medidas y volvimos a las de antes. La mejoría fue notable. Ahora, la verdad es que hicimos bastante series, pero los técnicos de la Federación no se centraron mucho en este Europeo, porque el objetivo es llegar en un buen pico de forma a agosto, que es cuando se disputa el Mundial. Es la cita más importante porque es clasificatoria para los Juegos Olímpicos.

Por lo tanto, este Europeo tiene el valor añadido para usted de hacer méritos para estar en ese Mundial.
Sí, tengo que dejarme ver para que me tengan en cuenta. En principio hay unos barcos fijos por la trayectoria que llevan estos años, como el doble scull ligero. Pero otros, como el pesado, del que yo me quedé fuera, no está claro si lo van a llevar al Mundial o si va a ir con la misma gente. Mi skiff, sin embargo, o doy la sorpresa, o ni se contempla. Creo que la Federación apostó por este barco para, si no funciona la tripulación del otro, que haya una persona más para volver a hacer pruebas para el Mundial.

Y en el terreno estrictamente deportivo, ¿cuáles son los objetivos para este Europeo?
El objetivo principal es mejorar mis tiempos personales y, en competición, me gustaría acabar entre los 18 primeros, aunque está difícil, porque los mejores skiffistas del mundo son europeos.

Tras un par de años en “casa”, ha regresado a Sevilla, a la concentración permanente de la Federación Española, ¿ha sido muy difícil el retorno?
La verdad es que sí. No entraba en mis planes, porque en casa las cosas me estaban saliendo y estaba más tranquilo. Daba el nivel, pero no me tenían mucho en cuenta, así que decidí regresar a Sevilla. He acabado el primer año del Ciclo Superior de Estructuras Metálicas y es que complicado, porque las clases te roban tiempo –voy de 16.15 a 22.30 horas– así que tengo que hacer todos los entrenamientos por la mañana o recuperarlos en días libres... Al final, aquí lo das todo.

Es el pago que debe hacer para intentar alcanzar esa meta que se ha fijado: ir a los Juegos Olímpicos de Tokio
Es un pago sin vuelta, porque te lo juegas a una carta que no sabes si te va a venir de vuelta o no. Por ahora estoy satisfecho porque todo lo que hice fue creyendo que era lo mejor para llegar a mi objetivo o para mi bienestar. Probablemente los dos años que me fui a casa me perjudicaron para ir a los Juegos Olímpicos, pero tuve una tranquilidad que necesitaba y que no iba a tener si me quedaba en Sevilla.

“Tengo que dejarme ver para que me tengan en cuenta”

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