Residir en el centro de A Coruña puede ser muy distinto de hacerlo en uno de los tranquilos barrios periféricos donde todavía se mantiene una forma de vida prácticamente rural. Estos puntos, con una densidad de población mucho menor, tienen problemas propios, como el de los vertederos incontrolados donde se depositan toda clase de desperdicios que deberían ser depositados en los puntos limpios. En los primeros cinco meses del año, la Patrulla Verde de la Policía Local ha identificado a ocho infractores que arrojaban desperdicios. La concejala de Medio Ambiente, María García, reconoció que todavía no han sido capaces de solucionar este problema que se da “moitísimo” en las zonas de Feáns y el castro de Elviña pero añadió que “estamos metendo caña con isto”.
Pero, de momento, aún es posible descubrir en las proximidades de las carreteras y caminos menos transitados toda clase de desperdicios abandonados en campos y cotos de caza: objetos domésticos, restos de obras y envases vacíos forman la mayor parte de estos desechos. Muchos de estos vertederos se encuentran en propiedad privada pero abandonada y, como no se limpian adecuadamente, los desperdicios se acumulan.
No solo sucede en la periferia. También se dan casos dentro del casco urbano. Una vecina denunció recientemente ante los miembros del Gobierno local durante una encuentro vecinal de Dillo ti en Feáns la situación de un descampado en la avenida de Oza, frente al Parque Europa, donde también se acumulaban muebles y colchones, sin que nadie los retirara.
Menos limpieza
Pero la situación siempre es más preocupante en la periferia porque las concesionarias de los servicios de limpieza se dejan ver mucho menos allí. La concejala de Medio Ambiente reconoció que “a frecuencia é diferente en la periferia, onde a poboación é menor. É mais tranquilo que o centro e tratamos de repartir os recursos dunha maneira xusta pero tamén adaptada ás necesidades diarias”.
Por otro lado, recordó que, al comienzo del Gobierno de la Marea Atlántica, existían numerosos puntos de vertidos donde las aguas residuales fecales iban a parar al mar. “En Féans e Mesoiro uns cantos”, incidió. A día de hoy, la mayor parte han desaparecido, aunque todavía faltan algunos puntos de vertidos de personas privadas que se tienen que conectar a las redes de saneamiento.
Cada vez más esfuerzo
El Ayuntamiento tiene que contratar a varias empresas, para que se dediquen a desbrozar los terrenos que permanecen ocultos y evitar así el peligro de incendios forestales. García señaló recientemente que cada año se invierte más esfuerzo y dinero en estas tareas. Si en 2014 se desbrozaron 266.280 metros cuadrados, en 2015 fueron 293.295 y en 2016, 295.000. Es un 10% más en solo dos ejercicios y la cifra se puede superar este año.
“Para nós é un reto, como Administración municipal, manter o que antes se mantiña polo propio traballo das persoas, na horta”, confesó la responsable.