El Racing quedó ayer apeado de la Copa del Rey, después de un pésimo partido, en el que perdió en la tanda de penaltis, frente al Cirbonero.
Como viene siendo habitual, el equipo ferrolano empezó con muchas imprecisiones y sin ser capaz de controlar a su adversario, que se aproximaba en demasiadas ocasiones a su área.
Sin embargo, la primera gran ocasión del choque fue para la escuadra local. Se cumplía el minuto quince, cuando Joselu recibió el balón en la banda y centro a la cabeza de Brais Abelenda y, cuando ya se cantaba el gol, el delantero remató con la cabeza por encima del larguero.
A medida que avanzaban los minutos, el dominio del Racing se fue intensificando, con constantes llegadas por la banda izquierda, aunque no eran capaces de concretarlas.
En el minuto 40, Brais se plantó solo ante el portero, su disparo lo despejó el meta y el balón se estrelló en el poste.
Tres minutos más tarde, fue la escuadra visitante la que dispuso de una gran oportunidad para anotar con un remate de cabeza de David González, que despejó, en una gran intervención Sergio García.
Con muchas cosas por mejorar y el resultado inicial, los jugadores se retiraron a descansar a los vestuarios.
Nada más reanudarse el juego, el conjunto departamental dispuso de una gran ocasión, al plantarse solo Armental delante del portero, pero se entretuvo demasiado y su remate se fue a saque de esquina.
Sin embargo, solo fue un espejismo, porque el equipo ferrolano seguía dando muestras de imprecisión, desajustes y sin lograr combinar para desbordar a su adversario.
La afición empezó a mostrar su malestar con un cuadro verde que era incapaz de dominar a un rival de inferior categoría y que tampoco mostraba un gran nivel.
En el minuto 78, el Racing se quedó con un jugador menos, al ver Víctor Vázquez la segunda tarjeta amarilla.
El tiempo pasó y el partido terminó con el empate, por lo que hubo que ir a un tiempo de prolongación.
Una ocasión para cada equipo, pero el resultado no varió, por lo que hubo que ir a los penaltis.