Mientras parece haberse amainado, al menos en los meses de verano, la polémica sobre la necesidad de aparcamientos subterráneos y las demandas de mayor rotación de vehículos en el centro de la ciudad llegan a Ferrol el mayor número de visitantes del año –junto a Navidades y Semana Santa–, que se encuentran con la pregunta de dónde y cómo se estacion en el casco histórico.
Además de los aparcamientos subterráneos de la plaza de España, Armas o el Cantón, por los que optan quienes no quieren complicarse y no dudan en pagar como en otras ciudades, las calles son la “barra libre” del aparcamiento en Ferrol. Exceptuando un par de horas por la mañana y otro por la tarde de las zonas amarillas de carga y descarga –debidamente pintadas y señalizadas con elementos verticales–, el resto es llegar y embarcar, pese a las ”trampas” que puedan suponer para el visitante los colores azul, verde o naranja, cada vez más desvaídos de muchas de las calles.
Limitaciones
La Ordenanza de Regulación de Estacionamiento –ORE– no está en vigor y mientras esta no rija, nada impide oficialmente aparcar en las zonas azules –que en su día tenían tiempo limitado de aparcamiento, explicitado con el consiguiente reloj horario o el más “casero” papel indicando la hora en la que se deja el coche estacionado–. Las zonas verdes y naranjas, pese al dinero invertido en su pintado, nunca tuvieron función y no llegaron a limitar ni espacio para residentes ni aparcamiento exprés, como era su función. Primero se pintó y luego no llegó la ordenanza que regulase cómo debía estacionarse en el centro.
Ahora, la nueva ORE está redactada desde hace meses. Fue dada a conocer en el mes de mayo y a continuación se abrió un plazo para la presentación de las alegaciones pertinentes. Dos meses después no hay todavía fecha fijada para regular el aparcamiento, en aras de un consenso más que necesario con un ejecutivo de solo siete integrantes.
La polémica peatonalización total de varias calles –que se incluye en el anexo de la nueva ordenanza municipal– es un duro inconveniente para abordar de frente la regulación.
Entre tanto, los visitantes preguntan si se puede aparcar en las zonas de color, dónde están las máquinas para pagar la zona azul o si se puede acceder al centro de la ciudad con el vehículo. Los ferrolanos se encargan de informar con un “todo vale”, siempre que el coche esté bien estacionado, explicando que las líneas de colores no tienen función alguna, salvo las amarillas, en los horarios que informa la señal. l