La reina Letizia elogió ayer al Instituto Cervantes, la institución pública creada en 1991 para la promoción y enseñanza del idioma español y de los cooficiales, por su labor y rol de “casa natural para difundir la cultura y el conocimiento de las diferentes lenguas” de este país.
En la inauguración del encuentro anual de los directores de este organismo, que se celebra en la Cidade da Cultura, doña Letizia celebró, asimismo, la difusión de la cultura española e hispanoamericana, que “se mire a Iberoamérica”, y apostó por “iberoamericanizar mucho más” el Instituto Cervantes, cuando está a punto de cumplir 25 años de existencia.
Reivindicó también “el diálogo de las lenguas ibéricas, tan rico, tan necesario y tan interesante”, y aplaudió “la fuerza de una lengua”, la española, a la que siempre hay que fortalecer y dotar de vigor.
“Quinientos millones de personas son muchas personas, entre ellos bastantes esquimales, según parece ser”, expuso en alusión a los hablantes de español, y en el caso de los esquimales, recogió el guante lanzado por el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, quien con carácter previo mencionó esta particularidad, la de que son bastantes los esquimales que emplean el español.
La reina Letizia animó a disfrutar de todos estos hechos grandiosos y a alegrarse de un instrumento idiomático con el que poder relacionarse, convivir, comunicarse, de modo que dio las gracias a todo el equipo del Instituto Cervantes por “llevar la lengua y la cultura en español a tantos lugares y por ser un instrumento de convivencia e intercambio de conocimiento”.
No es la primera vez que doña Letizia acude a la reunión anual de directores del Instituto Cervantes, pero sí es la primera en la que lo hace sola, como ella misma reconoció, antes de trasladar un saludo afectuoso “a todos” del monarca don Felipe.
García de la Concha, en su turno, recordó una frase breve pero memorable, un viejo adagio castellano que dice que la palabra es corta si el agradecimiento es largo, y loó el “interés” de la Corona hacia la lengua española.
De la reunión anual de directores del Instituto Cervantes contó que en ella se busca hacer un completo balance, compartir experiencias y tomar impulso, unas palabras que tuvo muy en cuenta la reina, que les deseó, antes de la foto de familia, que “vaya bien” lo que quede de reunión y que se refuercen, aún más si cabe, las “ganas y el empeño” del Instituto Cervantes; en definitiva, “un impulso para seguir con una tarea importantísima”.
El secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, subrayó que es momento de pensar “qué Cervantes queremos para el futuro”, un instituto “más poroso al clima iberoamericano”, un Instituto Cervantes “para el siglo XXI y desde el siglo XXI”.
El alcalde de Santiago, Martiño Noriega, el primero en tomar la palabra, definió a Compostela como “un referente de carácter mundial”, una tierra mezcla de culturas y de lenguas, “de fonéticas llegadas de numerosísimas procedencias”, algo que redunda en auténticas “muestras de autenticidad”.
Dio lectura el regidor a unos versos del poeta Federico García Lorca, escritos en gallego, los que dan forma al famoso “Chove en Santiago”, pese a que este martes haya estado soleado, algo con lo que bromeó, e indicó a todos los presentes que “con su figura –la de este autor– en la memoria y su poesía, les damos la bienvenida” a Compostela, una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad.
Víctor García de la Concha se refirió a Santiago como “el gran centro, el corazón de Galicia”, y el secretario general del Instituto Cervantes, Rafael Rodríguez-Ponga Salamanca, en una conferencia celebrada antes de la inauguración oficial, ha destacado que “estar en Santiago tiene un significado cultural de repercusión universal”.