El Gobierno de Australia anunció ayer la preselección de Navantia, junto a otras dos empresas, en la lista corta de candidatos para la adjudicación del programa de nueve fragatas, cuyo contrato se prevé firmar en 2018 y el inicio de la construcción en 2020, tres años antes de lo previsto inicialmente en el programa de capacidades de defensa del país (DCP), publicado en 2012.
El primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull, junto a la ministra de Defensa, Marise Payne, hicieron pública la preselección del astillero público español para la siguiente fase del programa de las futuras fragatas, conocido como SEA 5000, y que consta de un total de nueve unidades que se construirían en Adelaida, donde Navantia ya cuenta con una importante presencia.
El anuncio se realizó en el marco del Plan Estratégico de la Construcción Naval, donde Navantia competirá con la italiana Fincantieri y la inglesa BAE. Atrás quedaron los proyectos del astillero alemán ThyssenKrupp, de la firma neerlandesa Damen y de los astilleros franceses DCNS.
La preselección de Navantia, tras haberse filtrado el pasado mes que la firma española es la candidata preferida para la construcción de los dos buques de aprovisionamiento de combate (AOR, en sus siglas en inglés) como el “Cantabria” o el “Patiño”, supone un importante hito para el futuro del astillero en Australia. No en vano, este plan de construcción de nuevas fragatas para la Real Marina de Guerra Australiana representa el programa naval de superficie más relevante que van a acometer en la historia del país.
En el caso de resultar ganador, Navantia tendría asegurada su presencia y consolidación en Australia para los próximos 25 años, además de hacerse con un papel predominante en los siguientes proyectos. Ya en 2014 Navantia fue contratada para realizar unos estudios sobre la futura fragata australiana, cuyos resultados, que probaban la viabilidad de la plataforma F-100 para el programa de fragatas, resultaron vitales para la selección de Navantia como potencial diseñador. La alternativa de la empresa pública supone una línea de continuidad con el programa AWD, tanto desde el punto de vista de producto como industrial, con los procesos introducidos por Navantia en el astillero de Adelaida.
programa sea 5000
Estas nuevas fragatas que sustituirían a la clase Anzac no estarían operativas antes de 2027 o 2030, según informaron las autoridades oceánicas, ya que la última unidad de las que operan actualmente fue recepcionada en el año 2006 y muchas han recibido mejoras a medio plazo.
El gobierno de Camberra anunció este programa hace dos años y presupuestó unos 20.000 millones de dólares australianos (unos 13.500 millones de euros) para llevarlo a cabo. El pasado verano también hizo público otro proyecto, el SEA 1180, con el que se pretende sustituir 26 patrulleros por otros 20 de nueva construcción. El ejecutivo australiano incluyó estos dos programas dentro del plan de inversiones de su Real Armada de Guerra, que cifró en unos 89.000 millones de dólares australianos (algo más de 60.000 millones de euros) y calculó que supondrían trabajo para 2.500 personas durante 20 años.
El astillero español también aspira conseguir su trozo del pastel en este programa y ya presentó su propuesta, basada en la clase Avante, que las factorías del sur han construido para las marinas española o venezolana y que se encuentran operativos actualmente.
consolidación
El grupo Navantia ya se ha consolidado como un referente dentro de los planes de futuro de la Marina Australia. En diciembre de 2015 el país oceánico recurrió a la empresa española para gestionar el programa de los tres destructores AWD, en los que adquirió la responsabilidad de liderar la construcción y pruebas de los mismos.
Además, el grupo ha abierto recientemente otra oficina en la capital del país, Camberra, que se une a las que ya existían en las ciudades de Adelaida, Sídney, Melbourne.