“Sin duda, me hubiera gustado ahondar más en el desmantelamiento de las redes narco en esta zona”

“Sin duda, me hubiera gustado ahondar más en el desmantelamiento de las redes narco en esta zona”
alejandro morán llordén jorge meis

El Boletín Oficial del Estado publicará en unos días el traslado del magistrado juez Alejandro Morán Llordén al Juzgado de lo Penal número 5 de A Coruña. Al día siguiente, cesará como titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Ferrol y del Decanato.

 

¿Qué razones le llevaron a solicitar el traslado tras 18 años en Ferrol, nueve de ellos como juez decano?

Las razones son de índole estrictamente profesional; llevo 22 años en destinos de Juez de Instrucción y quería incrementar mi experiencia en enjuiciamiento penal. Además, finalizaba mi segundo mandato en el Decanato y creo que es suficiente; en cargos electivos no me parecen aconsejables los terceros mandatos.

 

¿Qué valoración profesional y personal hace de esta etapa a la que ahora pone fin?

Han sido unos años profesionalmente muy intensos; el ritmo de trabajo ha sido, en ocasiones, frenético. He llegado a ser a la vez Juez Decano, Juez de Violencia sobre la Mujer, Juez de guardia y Presidente de la Junta Electoral de Zona, lo que es difícilmente conciliable con una vida privada normal. Personalmente me siento muy reconfortado por las amistades que he forjado en esta ciudad. He llegado a querer a Ferrol como otro ferrolano más. De hecho, mi carrera como Juez no se entendería sin esta larga etapa ferrolana que ahora se cierra.

 

Es de suponer que tuvo buenos y malos momentos, ¿cuándo o a causa de qué lo pasó peor, y cuáles considera que fueron sus mayores éxitos o cuándo se sintió más satisfecho de su trabajo?

El trabajo de un juez hace que te acostumbres a los malos momentos y sinsabores, pero últimamente me afectó mucho el levantamiento de una víctima de violencia de género en Narón, por circunstancias tales como su juventud y la brutalidad del hecho. Tras ver algo así, vuelves a casa con la sensación de que el sistema ha fallado. Pero también han sido muchos los buenos momentos, cuando hemos sido capaces de restaurar los derechos de las víctimas o el orgullo, como español y como juez, de merecer reconocimientos por parte de la Armada, la Policía y la Guardia Civil.

 

¿Qué cosas cree que se le quedan a medias y le gustaría haber finalizado?

Realmente, alcancé casi todos mis objetivos, pero sin duda me hubiera gustado ahondar más en el desmantelamiento de las redes narco en este partido judicial. Ahí queda mucho trabajo por hacer. No se puede ser ingenuo; las tramas desarticuladas siempre tratan de reconstituirse.

 

¿Qué asunto le resultó más complejo a lo largo de su trayectoria profesional en Ferrol?

Sin lugar a dudas, el fraude del gasóleo, que afronté hace años en el Juzgado número 6. Se concluyeron las investigaciones con más de 30 procesados a lo largo de todo el territorio nacional, con mucha complejidad técnica al tratarse de normas fiscales especiales. Y todo ello sin ningún refuerzo en el Juzgado, contando únicamente con un entusiasta equipo de investigación de la Agencia Tributaria y de la Guardia Civil.

 

Desde el punto de vista de jurista, ¿considera que el partido judicial de Ferrol es una zona complicada por su litigiosidad?

Ya sé que lo habitual es recalcar la tranquilidad de la zona; pero creo que eso es más aparente que real. Desde luego, podría citar bastantes procedimientos que me correspondió instruir muy complicados, con intereses públicos en juego de mucha relevancia. Para mí Ferrol no ha sido un destino nada tranquilo, aunque para otros puede que lo sea.

 

En cuanto al Decanato, ¿qué balance hace de su estancia al frente del mismo?

La transformación de los Juzgados en estos años ha sido radical. El partido judicial entró en la modernidad, con mucho esfuerzo y sacrificio de todos y con apoyos externos mínimos. Se crearon los servicios comunes, se separaron las jurisdicciones, se incrementó la planta aunque con cuentagotas, se reformó el edificio judicial, se implantó un reparto de asuntos aleatorio, riguroso y controlado...

 

¿Encontró buena colaboración en sus compañeros jueces?

Toda esa tarea es una obra colectiva; sin colaboración no podría haberse ejecutado. El decano no es nadie si tiene en contra a la Junta de Jueces. Como en cualquier actividad, pudo haber voces discrepantes, pero el resultado logrado es la mejor prueba de que todos colaboramos.

 

¿Y con las fuerzas de seguridad?

En la investigación penal, un Juez de Instrucción necesita a las fuerzas de seguridad, del mismo modo que el trabajo policial precisa de la tutela judicial. He trabajado estrechamente con los cuerpos de seguridad, en un marco de confianza y respeto mutuo. Los resultados también son visibles; creo que en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción los últimos años constituyen un referente. En el plano personal, es justo que manifieste mi admiración por el trabajo sacrificado y constante de los hombres y mujeres, miembros de las fuerzas de seguridad, con los que he trabajado estos años.

 

Uno de sus valores es el de ser un juez “accesible” y lo ha demostrado acudiendo a conferencias o actos organizados por diferentes asociaciones o entidades, ¿considera que esa aproximación a la ciudadanía es positiva en una profesión a la que todavía se sigue mirando con cierto recelo?

El juez es un ciudadano; su legitimación se encuentra en la ley, que es la expresión de la voluntad popular. El juez está al servicio del pueblo, garantizando los derechos y libertades legítimas, por eso no se puede administrar justicia desde una torre de marfil. El ciudadano tiene derecho a saber cómo funcionan sus tribunales y el juez tiene que conocer a la sociedad a la que sirve. Por eso, tal y como lo veo yo, aproximarse a la ciudadanía es algo consustancial a la labor judicial.

 

En los últimos meses lideró unas protestas contra las reformas del ministro Gallardón que, por primera vez en la historia, sacaron a la calle a jueces y fiscales, ¿qué valoración hace de los cambios que se están produciendo en Justicia y del hecho de que el Gobierno no se avenga a negociar?

Modestamente, participé en concentraciones en representación de la Junta de Jueces y como miembro de mi asociación, la Asociación Profesional de la Magistratura. Los cambios en justicia son la incertidumbre total; personalmente desconfío del resultado. De hecho, el próximo día 20, está convocada la tercera huelga judicial.

 

¿Qué aspiraciones tiene al asumir el nuevo destino en el Juzgado Penal 5 de A Coruña?

Pues lo fundamental es aplicar esa parte del procedimiento penal que hasta ahora no hacía; dejo la instrucción y voy a enjuiciar lo que otros instruyan. Pienso que será enriquecedor trabajar en sentencias penales por delitos y que me permitirá ahondar en la reflexión jurídica y en la valoración definitiva de las pruebas.

 

¿Cabe la posibilidad de que vuelva a ejercer en Ferrol algún día?

Bueno, ahora estoy organizando mi marcha y no es momento para pensar en la eventualidad de un regreso. Desde luego, no volveré a ser Juez de Instrucción ni Juez Decano de Ferrol, cargos judiciales que, de todas formas, pueden verse afectados por las modificaciones que prepara el Ministerio de Justicia.

“Sin duda, me hubiera gustado ahondar más en el desmantelamiento de las redes narco en esta zona”

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