Con más de veinte sesiones de entrenamiento y cuatro partidos en sus piernas, la pretemporada del Racing cambió de aires ayer. Fue una variación pequeña, sí, porque la plantilla que dirige Emilio Larraz siguió ejercitándose con la misma intensidad que lo ha hecho a lo largo de las dos semanas y media de puesta a punto que lleva. Sin embargo, el cambio de escenario le permitió dejar al margen la rutina diaria y disfrutar de un entorno privilegiado como es el de Doniños.
Primero en el pinar –donde el preparador físico racinguista, Fran Beade, dirigió una serie de ejercicios destinados a mejorar el estado físico de los jugadores– y más tarde en la playa –lugar en el que las tareas se combinaron con los juegos–, el equipo ferrolano completó una sesión de entrenamiento diferente a lo habitual. Como suele decirse cuando se realizan este tipo de tareas, el objetivo es dar un descanso psicológico a la plantilla después de tantos días de trabajo.
Pero lo vivido ayer no fue más que un punto y seguido en la preparación de esta temporada. El anexo de A Malata será el escenario hoy y mañana de sendas sesiones de entrenamiento con las que se darán por finalizadas las tres primeras semanas de la pretemporada que ha realizado la escuadra de la ciudad naval. A partir de aquí, quedarán otras tres para llegar en las mejores condiciones al arranque liguero del grupo 1 de Segunda B, que está previsto para el fin de semana del 24 y 25 de agosto y que llevará al cuadro verde a jugar a domicilio ante el San Sebastián de los Reyes en el campo de Matapiñonera.