El cantante puertorriqueño Bad Bunny impuso el trap en un concierto frenético nunca visto en el anfiteatro de la Quinta Vergara, que acogió el Festival de Viña del Mar, y que nunca había contado con ningún artista que se presentara con este género musical, que acapara la atención de los más jóvenes en todo el mundo, y no sólo en América.