La Policía Local apunta a un accidente en el atropello mortal de Cedeira

La Policía Local apunta a un accidente en el atropello mortal de Cedeira
Maximino Caruncho escucha la declaración de uno de los agentes de la Guardia Civil alborés

La sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña rea­nudó ayer el juicio en el que se acusa a Maximino Caruncho de haber atropellado intencionadamente, en junio de 2012, a Juan José García Cheda, con quien mantenía una enemistad manifiesta desde hacía varios años.

Tras una semana de comparecencia de familiares, conocidos e incluso testigos del suceso, ayer fue el turno de los agentes de la Policía Local que instruyeron el caso y de la Guardia Civil, cuyas versiones difieren en algunos puntos clave, necesarios para determinar la intencionalidad, o no, del atropello.

La Guardia Civil, aunque sin “evidencias físicas”, cree que el acusado tuvo que “haber variado su trayectoria” para atropellar a la víctima.

Así lo pusieron ayer de manifiesto varios agentes del cuerpo armado en la quinta sesión del juicio que explicaron que por la trayectoria del cuerpo de la víctima y las lesiones que presentaba, el acusado tuvo que realizar “un cambio en su dirección” para terminar atropellando a su vecino. Unas conclusiones obtenidas a partir de las fotografías e informes del cuerpo de Policía Local, que fueron los que instruyeron las diligencias.
Los agentes detallaron que la víctima fue atropellada “de espaldas” mientras iba caminando cerca de la acera, pero por la calzada.

Y todo esto tomando como base las lesiones y a la trayectoria que tomó el cuerpo de la víctima, quien terminó debajo de su coche, estacionado en la misma calzada donde ocurrieron los hechos. Una tesis que sostienen también los otros compañeros que realizaron informes relativos al suceso, a diferencia de lo que apunta la Policía Local.

CAREO ENTRE ESPECIALISTAS
El punto concreto del accidente y el posible volantazo del conductor son dos de los aspectos que se contraponen en los informes de estos dos cuerpos de seguridad, lo que aclararía la intencionalidad, o no, del atropello.

Para confrontar dichos informes, los agentes de los diferentes cuerpos declararon ayer de manera conjunta ante el tribunal para exponer sus similitudes y sus diferencias sobre los hechos que se juzgan. En lo que sí están de acuerdo es en la velocidad a la que circulaba el acusado, “unos 40 kilómetros por hora”.

Por su parte, los policías locales que declararon ayer se posicionan en la tesis de que el atropello fue accidental. Explicaron que la trayectoria del coche era recta y que el volantazo que la Benemérita interpreta como una trayectoria para arrollar a la víctima fue, según los agentes municipales, una maniobra para esquivarla. Algo que en lo que coincidió en las pasadas sesiones del juicio el único testigo del fatal suceso. De hecho, la defensa pidió que este hombre volviera a declarar ayer en un careo con agentes y encargados de elaborar los distintos informes.

En este sentido, el testigo afirmó que cree que el brusco cambio de trayectoria fue un acto reflejo al verse sorprendido el procesado por la presencia del fallecido. De hecho insistió ayer en lo mismo que explicó la semana pasada, que “si hubiera venido un coche en dirección contraria” ambos vehículos habrían colisionado.

Unas declaraciones que abundan en la tesis de la defensa del procesado, que calificó el suceso como una “terrible coincidencia”, al ser al víctima el hombre que había interpuesto más de 80 denuncias contra Maximino Caruncho en los últimos años.

La defensa sigue manteniendo su estrategia de que no hubo ninguna intencionalidad respaldada en la abundante medicación que el acusado tomaba y continúa tomando por depresión, en que conducía sin las gafas que tenía prescritas para ello y en que estaba pendiente de un camión, por el que llevaba un tiempo esperando, en el momento del suceso.

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