Han sido “solo” seis meses, pero vividos con mucha intensidad. Manolo Aller regresó hace unas semanas tras completar una enriquecedora experiencia vital y deportiva en China, como técnico asistente de su buen amigo Juan Antonio Orenga en los Guangzhou Long Lions. Ahora es tiempo de descansar, de ordenar la cabeza y todo el trabajo hecho, de tomar fuerzas antes de valorar hacia dónde encauzar su futuro profesional.
Concluida su “aventura” en China, ¿fueron las cosas tal y como esperaba?
A nivel deportivo fue genial. Tuvimos un pequeño bache por un cambio de americano y pasamos un momento duro, porque de estar entre los seis primeros nos vimos por debajo del décimo puesto y, como en todos los sitios, empezaron a surgir algunas dudas. Pero lo superamos, tuvimos una buena racha y casi nos metemos en los play-off, que era el objetivo. Pero al final, por culpa de un triple empate con el que no contábamos, nos quedamos fuera por solo tres puntos. Pero se ganaron 23 partidos y fue la mejor clasificación del equipo con solo dos americanos.
¿Y a nivel personal?
He estado muy contento. La pena es no haberlo hecho antes, porque abres un mercado que está muy bien en un país que no tiene nada que ver con lo que pensamos y que está yendo para arriba. La gente es encantadora y el club nos trató muy bien. Fueron muy serios en lo que respecta al contrato. El único problema es que la distancia es enorme y estar lejos de la familia es complicado.
¿Fue tan satisfactorio como para repetir?
Lo bueno de terminar tan pronto es que te da tiempo a valorar todo con calma, sin prisa, sin tomar decisiones precipitadas. Ahora estoy descansando, ordenando el trabajo de todo el año, que fue mucho, y viendo las opciones que aparecen. Estoy valorando algunas cosillas, incluido lo de volver a China, pero está complicado. Fue una experiencia increíble, lo pasé muy bien, pero está muy lejos y el club quiere que nos vayamos antes, así que las cosas ya no me cuadran antes. Pero si tuviese que volver, seguro que ya no me costaría tanto como la primera vez.
Háblenos del baloncesto chino, ¿es muy diferente la forma de trabajar?
La forma de trabajar no es muy distinta, pero la preparación del jugador chino es muy diferente. En España, la formación desde abajo es altísima y allí no hay esa estructura. La liga es completamente distinta. Corta y muy intensa. No da tiempo a nada. Termina en marzo y en mayo ya están otra vez entrenando. En esos meses se fichan entrenadores para cosas específicas. Eso está bien, pero solo hasta cierto punto, porque hay jugadores que en el mismo año tienen siete u ocho entrenadores, cada uno con su forma de ser y de trabajar, y eso no ayuda mucho en su formación. Esa es una de las batallas que, por ejemplo, Orenga está peleando, porque no quiere que se contrate a cualquiera para estos meses, sino a alguien que pueda hacer un trabajo que después tenga validez para la temporada. Al final, trabajan, echan muchas horas, pero no siempre de forma productiva.
Su cometido en los Guangzhou Long Lions nada tenía que ver con el que estaba haciendo para la Federación Española ¿le costó cambiar de rol?
Desde que me retiré siempre había hecho cosas puntuales con la FEB. Estaba acostumbrado a llevar cuatro o cinco selecciones, a seguir un montón de jugadores... y no me podía centrar en una única cosa. En China, en este sentido estuve más liberado. Estuve más en contacto con el baloncesto en cancha, que es lo que nos gusta a los entrenadores. Lo disfruté mucho y me lo pasé fenomenal y trabajar con una persona a la que conoces de tantos años como Orenga lo hizo más sencillo.
¿Qué aprendizaje se ha traído?
Me vino genial. Sé que no deja de ser baloncesto, pero vivir de cerca otra forma de trabajar, otros usos, otras costumbres, tener que adaptarse a otras circunstancias... eso siempre te ayuda para estar preparado para tomar decisiones. Un entrenador tiene que adquirir experiencias para que cuando te encuentres con ciertas situaciones estés preparado para ellas. En ese sentido me vino fenomenal, porque allí el día a día es baloncesto, baloncesto y más baloncesto