El esquema político de las siete grandes ciudades gallegas experimentó los cambios que auguraban las candidaturas de las Mareas ciudadanas. La jornada electoral registró unos resultados desiguales marcados por la irrupción de estas nuevas fuerzas, que consiguieron entrar en algunos ayuntamientos, llegando incluso en algunos casos a desbancar a los populares, como en A Coruña y Santiago de Compostela.
La Marea Atlántica liderada por el profesor Xulio Ferreiro arrebató la mayoría absoluta al Partido Popular de Carlos Negreira en el Ayuntamiento de A Coruña en unos comicios a los que se presentaba por primera vez. Lo mismo que Martiño Noriega, que tendría asegurada la investidura como nuevo alcalde de Santiago. Compostela Abierta se convierte en la fuerza más votada en la capital con 10 concejales, uno más que el PP, que pierde cuatro y queda con 9.
Lugo Novo consiguió hacerse un hueco en el consistorio lucense, y junto con los socialistas y los nacionalistas ha puesto al PP contra las cuerdas.
Ourense en Común también logró su objetivo de entrar en la corporación, aunque en este caso Democracia Ourensana fue la formación que hizo perder puestos a los dos grandes partidos, sobre todo al PSdeG.
En Ferrol, el PP pierde la mayoría abriendo la puerta a un pacto de izquierdas encabezado por Ferrol en Común. El BNG no tuvo un gran peso en los ayuntamientos, salvo en el caso de Pontevedra, donde se superó a sí mismo y logró desbancar al PP en una ciudad en el que la Marea también logró ediles.
En Vigo, las encuestas se quedaron cortas y Caballero alcanzó una holgada mayoría absoluta, la primera en veinte años.