Un Camino sencillo, de corta duración y con un entorno agradable son algunas de las calificaciones que los peregrinos hacen del Camino Inglés, que parte de Ferrol Vello y recorre 121 kilómetros hasta Santiago de Compostela.
Sin embargo, los viajeros que llegan en autobús y tren y preguntan al bajarse dónde está el albergue de peregrinos para iniciar su recorrido al día siguiente se topan con el primer inconveniente.
La ciudad que presume de ser origen de la ruta inglesa jacobea no dispone de ningún albergue, ni público ni privado, que permita al peregrino quedarse en la ciudad antes de comenzar el camino.
Este es uno de los caballos de batalla de los que se viene hablando desde hace tiempo, sobre todo tras el cierre del albergue de Covas que prestó este servicio durante siete años pero que el Concello cerró el pasado año para recuperar la posesión del inmueble y dedicarla a otros usos, aludiendo a la irregularidad en su puesta en marcha.
Desde entonces, y ya mucho antes, se busca una solución para este problema, ya que, además, la ruta ha multiplicado notablemente el número de peregrinos en los últimos años.
Entre las opciones que se barajaron está el edificio de Aduanas, por el que apostaba el gobierno popular, pero que nunca se cedió al Concello sino que salió a subasta pública, aunque quedó desierta. Ahora está a la venta por algo más de 240.000 euros.
La otra posibilidad estaba en la Casa del Mar, la apuesta del gobierno actual como albergue provisional, ya que dispone de habitaciones libres –en las instalaciones tiene su sede AFAL–. El problema radica en que la Ley de Puertos limita los usos hoteleros y habría que llegar a un acuerdo con la Autoridad Portuaria.
Un edificio en la calle Carmen Curuxeiras fue la última apuesta que se hizo, pero que no se ha concretado todavía. Sería una posibilidad a más largo plazo, en la que estarían implicadas las áreas de Urbanismo, Facenda, Patrimonio Histórico y Turismo.
Entre tanto, entidades como el Foro Ferrol Vivo o la Asociación de Vecinos de Ferrol Vello continúan reclamando este hospedaje para peregrinos, que no disponen de ningún albergue hasta el tercer concello que se recorre en el Camino, el de Neda.
Letreros
Otra de las deficiencias del Camino Inglés desde su salida de Ferrol es el propio inicio del recorrido. Aunque está bien señalizado en el muelle, con una primera señal en un monolito de piedra con el escudo de Galicia labrado, el itinerario se rompe ya a poco que el caminante inicia el recorrido. Al internarse por el medio del barrio origen de la ciudad y del Camino, la calle Carmen Curuxeiras se encuentra cortada al tráfico rodado y peatonal y, pese a contar con la señalización pertinente de la vieira en un azulejo de la calle, el peregrino ha de tomar la calle Benito Vicetto, siguiendo el letrero de desvío provisional –tan provisional, que lleva cuatro años funcionando– y continuar por San Francisco, retomando el camino.
La concejala de Patrimonio reconoció en varias ocasiones la deficiente señalización y es algo de lo que también se quejan algunos peregrinos –en Ferrol Vello se señaliza con azulejos y mojones pero al llegar a A Magdalena las conchas se encuentran en el pavimento y a veces es difícil visualizarlas–.
En el lado positivo del Camino Inglés de Ferrol se encuentra la reciente apertura de una Oficina de Información al Peregrino, en pleno muelle de Curuxeiras, bien equipada y con información sobre qué ver y hacer en la zona. Los peregrinos lamentan, sin embargo, que no disponga de credenciales y haya que desplazarse hasta la concatedral de San Xiao o la oficina del Obispado.
El Concello trabajará ahora desde le seno de la Mancomunidad en la potenciación del Camino Inglés, ya que comparte la ruta con otros muncipios. l