A lo largo de los últimos días, el grupo naval público Navantia mostró sus esfuerzos por integrar en el proyecto de construcción de las fragatas F-110 lo último en tecnología armamentística y de defensa. Tras el anuncio de que Indra sería la encargada de fabricar componentes para el sistema de radar SPY7 de Lock-heed Martin y que Thales incorporaría a los buques varios de sus sistemas de ecolocalización y guerra submarina, el portal Infodefensa se hizo hueco a finales de la semana pasada de la última adquisición de Navantia para sus fragatas del futuro: el cañón Vulcano de 127 milímetros de la italiana Leonardo.

El acuerdo, suscrito entre ambas compañías la pasada semana en la sede del grupo naval de Madrid, contempla la incorporación de este armamento inteligente en las cinco fragatas que se construirán en Ferrol para la Armada española, por lo que se desconoce si también se incluirá esta tecnología en futuros buques fabricados para otros países.

Alcance extendido
Una de las principales características del cañón Vulcano 127/64 es la capacidad de utilizar munición inteligente y de alcance extendido. Este armamento, ya presente en las Armadas de Italia y Alemania, es completamente automático y posee un sistema autónomo de carga, por lo que apenas se requiere dotación para su manejo.

Por su capacidad operativa, esta tecnología resulta idónea para maniobras de apoyo al desembarco, además de gozar de una baja firma de radar. Su munición, almacenada en cargadores de hasta 56 proyectiles de diferente tipo, cuenta con cuatro variables, lo que hace del Vulcano un armamento muy versátil. Además de los proyectiles estándar de 127 milímetros, el cañón se puede configurar para usar variantes balísticas de alcance extendido –60 kilómetros–; de largo alcance mediante infrarrojos –80 kilómetros–; y, finalmente, una variante de esta última que alcanza los 100 kilómetros y utiliza un sistema de guía por GPS.

Tecnología extranjera
A pesar de que los sistemas propietarios tienden a ser más beneficiosos a largo plazo cuando se tiene el objetivo de comercializar un producto –una de las grandes trabas, por ejemplo, del contrato FFG(X) de los Estados Unidos–, lo cierto es que la integración de tecnología extranjera en la futura serie F-110 supondrá todo un salto cualitativo para la Armada.

La incorporación del sistema de radar de estado sólido de Lockheed Martin –para los que suministrará componentes Indra–, permitirá la integración de los mismos con el sistema Aegis de la misma compañía, el cual ya es considerado un estándar en la industria hoy en día.