La pareja formada por José Eduardo Rodríguez Freire e Isabel Rodríguez Díaz se “instaló” hace cinco días en el bajo de un edificio ruinoso situado en el número 111 de la calle María. Estaban durmiendo en la calle tras haber sido desalojados de otro inmueble, por lo que se vieron forzados a buscar un nuevo refugio, encontrándose con esta casa abandonada que, según aseguraron a este diario, tenía forzado el candado que sujetaba los tablones de madera que hacen las veces de puerta.
Se trata de un edificio de bajo y dos plantas al que solo le quedan en pie las cuatro paredes y el tejado. Los tabiques interiores e incluso los suelos de los pisos se desplomaron y conforman un montón de escombros en la parte baja.
Los okupas, que subsisten con la paga no contributiva de 346 euros que percibe la mujer, trataron de adecentar un poco el espacio e hicieron un hueco para colocar el colchón en el que duermen y otro habitáculo en el que tienen sus efectos personales.
En esa tarea de desescombro se encontraron con la sorpresa de un butrón en la pared medianera con el bajo colindante, en el que está instalada una tienda de Movistar. El agujero estaba sin terminar y se cree que fue realizado hace algún tiempo.
Ante el temor de que los responsabilizaran a ellos, los okupas avisaron a los responsables de la tienda, que dieron cuenta de los hechos a la Policía Nacional y ayer por la mañana se practicó una inspección en el edificio ruinoso.