Unidos Podemos remitió al Gobierno una batería de propuestas, recogidas en el documento “Dejar atrás la austeridad”, que tendrían que ser adoptadas para que el grupo apoye la nueva senda de estabilidad, entre las que figura renegociar el objetivo de déficit o la puesta en marcha de nuevos impuestos.
En el documento se propone al Gobierno renegociar el objetivo de déficit del año para situarlo por encima del 1,8% del PIB acordado con Bruselas –aunque podría reducirse al 1,3% si finalmente el Congreso no aprueba la senda–, al considerar que cumplir esa meta implicaría realizar ajustes.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya descartó en varias ocasiones esta opción, al considerar que no puede adoptarse un mayor margen del que permite Bruselas.
Unidos Podemos también reclama derogar la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera porque da prioridad al pago de la deuda sobre otras inversiones y concede poder de veto al Senado a la hora de votar los objetivos de déficit.
Suelo de ingresos
El grupo aboga por un “suelo de ingresos” en lugar de un techo de gasto, para lo que propone una serie de medidas de ingresos con el objetivo de que “los que más tienen contribuyan con una mayor generosidad”.
Entre otras medidas, plantea un impuesto a la banca, un tipo mínimo efectivo de sociedades del 15% –ambas opciones ya anunciadas por el Gobierno–, un impuesto de solidaridad de las grandes fortunas, eliminación de las sociedades de inversión de capital variable (sicav), supresión de las deducciones fiscales de los planes de pensiones privados o incremento del tipo marginal del IRPF en los tramos más altos.
Para mejorar los ingresos de la Seguridad Social abogan por anticipar el incremento del salario mínimo interprofesional a 1.000 euros, que los autónomos coticen en relación con los ingresos, luchar contra el fraude en cotizaciones, eliminar el tope de la base máxima de cotización o eliminar las diferentes bonificaciones que existen.
También exigen derogar las leyes que reformaron la sanidad –que implicó los copagos farmacéuticos para pensionistas–, la educación –que redujo las becas y permitió la subida de tasas universitarias– y de fomento de la competitividad –que supuso la “práctica destrucción” del sistema de dependencia–. l