Reportaje | “Ir al médico da un miedo atroz pero sirve para adelantar todo lo que puedas”

Reportaje | “Ir al médico da un miedo atroz pero sirve para adelantar todo lo que puedas”
antigua paciente de cáncer de mama Lourdes Lage

Una de cada ocho mujeres tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida. Se trata del tumor más frecuente en las mujeres occidentales, tanto que en España se diagnostican alrededor de 32.825 nuevos al año, según datos de 2018 recogidos por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).
Con todo, la tasa de supervivencia cinco años después del diagnóstico es superior al 90%, gracias a pruebas de detección precoz más precisas y mejores tratamientos. Lourdes Lage es una de las miles de mujeres que pueden ponerle cara a estas cifras, debido a que en 2011 conoció la enfermedad 
“Para mí hoy –por ayer, 19 de octubre Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer de Mama– es un día como los demás, porque pienso que todos los días hay que tener conciencia”, asegura desde la templanza que da el paso del tiempo y con un optimismo innato que estuvo ahí desde siempre y se afianzó con la llegada de este indeseado intruso.
A pesar de que han pasado siete años desde el inicio del proceso, esta ferrolana sigue a tratamiento y acudiendo a revisiones cada seis meses, algo que agradece porque dice estar más tranquila, pero, aunque no fue fácil, quiere transmitir un mensaje de tranquilidad a todos aquellos que puedan estar pasando por lo mismo a través de su experiencia.
“En mi caso fue algo rapidísimo. Noté como si fuese una picadura de araña y, como soy muy alérgica, le eché una pomada. Esto fue un viernes, pasaron tres días y me empecé a mosquear porque no me picaba y era rugosa, así que fui a ver a un amigo mío que es ginecólogo. Se lo vi en la cara. Me hicieron la biopsia y ya empezó todo el proceso”, explica. Tenía 46 años, no estaba en el grupo diana de detección precoz –empieza a los 50– y tampoco tenía antecedentes familiares.
Para Lage la operación, al mes de ser diagnosticada, fue un punto y a parte en el proceso ya que “fue como quitarse un peso enorme de encima. Yo tengo dos cumpleaños, la fecha de cuando nací y la de la operación: el 6 de julio de 2011”. Tras el quirófano llegó la quimioterapia (seis sesiones) y la radioterapia; “yo llevé peor esta última porque cansa muchísimo, quizás porque fue al final y se junta todo el cúmulo de cosas... pero bueno, se sale”, asegura, al tiempo que aplaude la sanidad actual.
A la mínima sospecha 
Lourdes Lage insiste también en la necesidad de acudir al médico ante cualquier mínima duda porque un diagnóstico precoz reduce los porcentajes de mortalidad. “Da un miedo atroz pero es para adelantar todo lo que puedas, porque tarde o temprano va a salir así que cuanto antes se controle mejor”, destaca la ferrolana. En lo que va de año, de las 14.845 mujeres que fueron invitadas a realizar las pruebas en el Complexo Hospitalario Universitario de Ferrol (CHUF), 11.359 acudieron a la cita (el 76,5%).
Los cambios físicos provocados por el tratamiento son algo que también merman tanto la calidad de vida de los pacientes como su autoestima, por lo que afrontar el proceso con positividad es fundamental. “Yo siempre fui bastante presumida pero el verte bien ayuda. Hasta para ir a comprar la barra de pan me arreglaba. Aunque hay momentos en los que te cuesta porque estás cansadísima de las sesiones de quimio, porque cuando te caen las pestañas te lloran mucho los ojos... siempre procuraba verme lo menos mal posible. Yo fui de las que se quedó sin pelo, ni cejas, ni pestañas, pero hoy en día hacen maravillas, yo tuve una peluca estupenda, e incluso mucha gente no se pone nada... Hemos avanzado mucho en eso y ya no hay tantos tabúes”, señala.
Lage colabora actualmente con la AECC local, entidad que ayer organizó un acto de sensibilización en el IES Leixa, porque hablar de la enfermedad y compartirla ayuda mucho, “para mí es un desahogo e incluso, a día de hoy, no tengo ningún reparo o inconveniente en ayudar a quien lo necesita”, asegura.
Nadie está preparado para un golpe así, por lo que, consciente de que cada caso es un mundo, el mejor consejo que puede dar es que “aunque nunca se olvida, hay que ser positivos y confiar en la gente que te está llevando, porque este cáncer es de los que mejor índice de supervivencia tiene y, cogido a tiempo, se puede salir perfectamente”, comenta.

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