El número de inmigrantes en situación irregular se duplicó en cinco años

El número de inmigrantes en situación irregular se duplicó en cinco años

La inmigración irregular es cada vez más habitual en A Coruña. Uno de los medidores más fiables de este fenómeno es la Cocina Económica, una institución a la que muchos recurren dado la precariedad en la que se encuentran Actualmente, en torno a un 35% de las 1.500 personas a las que asisten que se atienden son inmigrantes, y la mayoría (el 85%) se encuentra en situación irregular. El trabajador social Pablo Sánchez considera que se debe a un incremento del reflujo proveniente de Cuba, Venezuela, Colombia, Marruecos Argelia, Rumania y, sobre todo, de Venezuela. En cinco años, el número de inmigrantes atendidos se ha duplicado 

“Es un fenómeno que va a continuar”, advierte Sánchez. La mayoría de esas personas se encuentra sin autorización de residencia porque entraron con un simple visado de turista, que tiene una duración de tres meses. Una vez caducado pasan a la llamada situación administrativa irregular. En opinión del trabajador social, la ley de Extranjería española es muy dura, puesto que para poder regularizar su situación exige a los inmigrantes haber estado empadronados tres años y tener un contrato de trabajo de un año de duración a jornada completa. Solo así podrán acceder a una autorización de residencia. “Es el famoso arraigo social”, aclara.


En estas condiciones, el acceso a los servicios básicos es más difícil, aunque en el caso de la Sanidad, desde que la ley se modificó en agosto del año pasado a la situación es mucho mejor. Además, los menores de edad están cubiertos al 100%, pero “de cara a los servicios sociales y a las ayudas son más complicadas”. En el caso particular de A Coruña, los inmigrantes irregulares se pueden beneficiar de la renta social municipal, accesible para personas sin permiso de residencia tras seis meses de empadronamiento. La renta se percibe cuando la renta no tiene derecho a ningún tipo de ayuda.

Por las raíces 
De entre el colectivo de inmigrantes irregulares, la mayor parte  son los venezolanos, debido a la situación de crisis de su país, que en muchos casos les ha obligado a abandonarlo completamente. Sánchez destaca que muchos de ellos eran de clase social media, bien establecidos,  y que han tenido que abandonar su país. Muchos escogen venir hasta aquí en parte por el idioma común: “Es una gran ventaja. El venezolano viene a España y a Galicia por raíces, buceando un poco la opción de solicitar la nacionalidad o si tenía algún abuelo o un tío español”. 


Son familias enteras las que van llegando. Primero es el matrimonio, o el padre, y luego los hijos. “Las familias llegan por etapas, debido a dos variables: la situación administrativa de ellos allá (si tienen pasaporte o no) porque en países como Venezuela y Cuba hay muchas preguntas para la tramitación. Y el siguiente es el aspecto  económico. Estas personas van reuniendo dinero, vendiendo sus bienes para poder comprar los billetes con algo de ahorros”, explica Sánchez. Pero el dinero reunido nunca dura demasiado: “Rápidamente aquí se ven descapitalizados e irrumpen bruscamente en una situación de pobreza y se ven obligados a recurrir a nosotros”. El trabajador social señala el gran impacto psicológico que supone. 

Desde la Cocina Económica señalan que “el venezolano sabe buscarse la vida, viene con un planteamiento claro de trabajar, aunque sea en la economía sumergida”. Y cuando tienen la posibilidad, consiguen el estatus de  emigrante retornado. 
Es una situación que Sánchez predice que se mantendrá. Es más, sospecha que la política de fronteras de la administración Trump empujará hacia aquí a la inmigración centroamericana. l

El número de inmigrantes en situación irregular se duplicó en cinco años

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