La presencia de Joaquín por el sancionado Fernando Calero, es la principal novedad del Valladolid para recibir al penúltimo clasificado. El Villarreal afronta otra vez un partido decisivo, ya desde ahora hasta el final de temporada cada partido es una gran final si quieren permanecer en la categoría.
Los castellonenses siguen sin ganar en liga desde el pasado mes de noviembre, y no lo consiguen fuera de casa desde septiembre, una racha que les ha llevado a la penúltima plaza de la clasificación.
Ahora mismo el equipo de Javi Calleja necesita ganar casi la mitad de los partidos que quedan, ya que de no hacerlo su salvación es más que complicada. A esa necesidad se suma que el Valladolid es un rival directo potencial, ya que su situación en liga no es fácil y lo sería menos si no gana este viernes. Por ello, el equipo castellonense llega exigido al máximo y con la ansiedad demostrada en partidos anteriores, aunque con un punto a su favor, ya que mostraron una buena cara y un buen nivel en el último encuentro.